miércoles, 19 de abril de 2023

China tiene una solución para la sequía en España: lluvia artificial

 RESUMEN:

No hace falta bailar la danza de la lluvia en torno al fuego para producirla, como hacían los indios. En el siglo XXI basta con usar tecnología china para lograr lluvia artificial a partir de la siembra de nubes. ¿Esta nueva tecnología permitirían sanar a España de la sequía que desde hace años está desertificando nuestros suelos y afectando la producción agrícola y ganadera en sectores claves del país? Lo analizamos…

Según un estudio del Instituto para el Agua, el Medio Ambiente y la Salud de la Universidad de las Naciones Unidas, la mitad de los países del mundo sufrirá de escasez de agua hasta 2050. Sobre todo, los de la zona del Sahel, en África, así como regiones de Oriente Medio y Asia. Por eso, los investigadores han desarrollado ideas originales para poder solucionar este problema.

China intensificó el uso de lluvias artificiales en 2022 para enfrentar la sequía sin precedentes que afectó a regiones alrededor del río Yangtze

China, por ejemplo, intensificó el uso de lluvias artificiales en 2022 para hacer frente a la sequía sin precedentes que afectó a varias regiones alrededor del río Yangtze, el más largo de Asia. Para lograrlo, de acuerdo con DW, los departamentos meteorológicos de Hubei y Hunan usaron a los «cazadores de nubes», aviones que disparan hacia el cielo cohetes con sustancias condensadoras como varillas de yoduro de plata para sembrar nubes y provocar lluvias.

China aprendió a producir lluvia artificial comprando tecnología israelí, que la venía aplicando y desarrollando desde el siglo XX.

CAZADORES DE NUBES

En 2022, una abundante y oportuna lluvia en una ciudad de Hubei alivió de manera efectiva las altas temperaturas y la sequía que inquietaban la zona desde mediados del verano, siendo esta la peor del país de los últimos 60 años.

Para crear estas precipitaciones, los «cazadores de nubes» en el distrito de Xian’an tuvieron que cargar con cohetes durante más de 500 kilómetros

«No es tan fácil aumentar artificialmente la lluvia, ya que hemos estado listos desde el 19 de julio para disparar el cañón llegado el momento», afirmó en aquella ocasión Yu Xiaoyao, jefe de la oficina meteorológica del condado de Taoyuan en declaraciones recogidas por el diario Hunan Daily. «La mejor lluvia artificial requiere nubes adecuadas en el cielo, con unas capas que tengan un grosor de 2 a 3 kilómetros», añadió Yu.

EMBALSES POR DEBAJO DEL 30% DE SU CAPACIDAD

Joaquín Coronado Galdos, presidente de la empresa tecnológica Build to Zero y cofundador de Digital Five Investment, advirtió recientemente que los datos disponibles sobre el nivel de agua embalsada en España indican que nos encaminamos a un segundo año seco consecutivo desde el punto de vista de generación hidráulica.

Los embalses andaluces continúan por debajo del 30% de su capacidad y, como se puede apreciar en la siguiente gráfica de barras azules de Red Eléctrica, el año 2022 fue el de menor producción hidráulica desde 2016, y algo por debajo de 2017. Pero el 2023 planea continuar la misma racha.


«Aunque el nivel de llenado y de producible hidráulico (mide el agua embalsada en cada momento con la que se puede producir electricidad) mejoró a finales de 2022, la tendencia que se ve en el gráfico de la izquierda es que la línea roja que marca el nivel de los embalses en 2023 (todos los embalses, no sólo los de generación de electricidad) se acerca a la línea negra que es el mínimo histórico de 2022. Así que vamos a encadenar dos años secos consecutivos, lo cual llevaba muchos años sin pasar», subraya Coronado Galdos.

¿Se puede concluir que estamos viendo un efecto directo del cambio climático?. Coronado Galdos considera que «no necesariamente», pero según el presidente de Build to Zero «en España ya hemos superado el incremento de temperatura de 1,5 grados centígrados y el avance de la desertificación es innegable en nuestro territorio». Y para muestra, solo un botón: Doñana (Huelva).


ANDALUCÍA OPTA POR LA SOLUCIÓN ISRAELÍ

Un estudio elaborado por la Estación Experimental de Zonas Áridas, la Universidad de Alicante y la IE University, destaca como principal causa de la «brecha hídrica» al «aumento sin precedentes» de la demanda de este recurso más que «a la falta de lluvias o las sequías». Y por ello los expertos instan a priorizar medidas sobre la gestión de la demanda de agua, racionalizando hábitos y estilos de vida.

La escasez de agua aumenta debido al cambio climático, al crecimiento demográfico y al desarrollo económico por lo cual «es necesario cambiar el modelo de uso de los recursos hídricos», recomiendan

La Junta de Andalucía ve con muy buenos ojos la receta aplicada por Israel, donde el 60% del territorio es desierto y para crear agua nueva se reutiliza casi el 90% de las aguas residuales para agricultura. De hecho, el 65% del agua que se usa para cultivos son regeneradas y desalinizadas.


El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, mantuvo contactos con representantes israelíes en la COP27 realizada en Egipto. También han conversado con Noam Weisbrod, director de los Institutos Blaustein para la Investigación del Desierto.

Este catedrático en hidrología lleva investigando desde los años 70 soluciones a los desafíos medioambientales, que pasan por la desalinización del agua del mar, la reutilización de aguas residuales, la eficiencia del agua de riego y la educación y concienciación comenzando por la infancia.

«Necesitamos hacer felices a los agricultores, ya que la mayoría del agua usada es para cultivar alimentos, y para ello deben saber que el desarrollo de estas tecnologías les traerá beneficios a ellos», precisó Weisbrod a medios españoles recientemente.

ISRAEL APUESTA POR LA DESANILIZACIÓN

Israel, que en pasado apostó a la producción de lluvia artificial y al desarrollo de esa tecnología, hoy concentra sus esfuerzos para el combate de la sequía en otros objetivos, como la desanilización de agua salada y la mejor gestión de los recursos hídricos disponibles.

La decisión fue tomada tras una serie de experimentos fallidos para inducir lluvia por medio de bombardear nubes con yoduro de plata, una técnica común en China para limpiar la atmósfera y que se probó durante algún tiempo en las Islas Canarias.

Y desde 2005 ha construido cinco grandes plantas desaladoras de agua de mar que fueron erigidas a orillas del Mediterráneo. Hoy abastecen al país con el 40% de sus necesidades de agua dulce.

Un 85% de ese agua desalinizada se usa para el suministro de hogares

La desalinización, un proceso que ya llevan a cabo en cientos de plantas repartidas por el Mediterráneo español y Canarias, requiere un alto uso de energía para transformar —por lo general utilizando el proceso de ósmosis inversa— agua salada en potable, lo que plantea serias incongruencias en nuestra era de recorte de emisiones de CO2.

Sin embargo, la eficiencia energética ha mejorado mucho en los últimos años y en el caso de Israel la desalinización forma parte de una estrategia mayor que pretende dotar de resiliencia al país ante los peores escenarios del calentamiento global.

La Comunidad de Madrid se planteó en 2006 la posibilidad de bombardear las nubes en el embalse de El Atazar con yoduro de plata para incrementar las lluvias, siguiendo un método pionero en el mundo que se practicaba en Israel desde el siglo XX y que permitía aumentar hasta en un 19% el volumen de agua de las precipitaciones.

Tras mantener un encuentro con el Alto Comisionado para el Agua de Israel, Simon Tal, la presidenta regional, Esperanza Aguirre, anunció que el Gobierno regional «estudiaría» el método, pero al final eso no se concretó. Los israelíes ya habían exportado esa tecnología a Estados Unidos, México y China, pero en la Unión Europea (UE) no se había empleado aún en ese entonces.

ENLACES:


https://www.msn.com/es-es/noticias/tecnologia/china-tiene-una-soluci%C3%B3n-para-la-sequ%C3%ADa-en-espa%C3%B1a-lluvia-artificial/ar-AA1a0Iub?ocid=entnewsntp&cvid=62961f901b3c474dadd6309b12f4f5a3&ei=93

España se enfrenta al dilema imposible de un campo que multiplica los regadíos en un país sin agua

 

RESUMEN:

El dilema es perverso. España es un país cada vez más árido. Un país que se seca, donde el agua se vuelve más y más escasa. Pero, al mismo tiempo, se ha convertido en la segunda potencia agrícola de la Unión Europea a base de incrementar los campos de regadío; es decir, de utilizar intensivamente esa agua menguante.

El plan del PP para ganar votos regularizando cientos de hectáreas de regadío ilegal alrededor del Parque Nacional de Doñana ha puesto el foco sobre esta paradoja: cómo alimentar más regadíos con menos agua, y a la vez esquivar el daño ambiental que ocasiona exprimir un recurso que, más allá de su utilidad económica, es crucial para los ecosistemas.

Los datos describen claramente la evolución: desde 1950, los climas áridos han ido comiendo terreno en España y han conquistado 1.500 km2 en detrimento de los más templados, según certifica la Aemet. En ese tiempo, la superficie dedicada al regadío ha pasado de 1,6 millones a 3,8 millones de hectáreas, según el Ministerio de Agricultura.

La razón es sencilla: utilizar el agua hace las fincas mucho más rentables. Actualmente, el 23% de toda la superficie que se cultiva en España se ha puesto en regadío. ¿El resultado? Un cuarto de la tierra produce el 65% de la cosecha total española. Esto nos convierte en el segundo país de la Unión Europea en superficie calificada como regable, solo por detrás de Italia, pero supera al país transalpino en tierra efectivamente regada, según Eurostat.

Así que la piedra angular de este sector es el agua. Casi el 80% del consumo nacional se dedica, precisamente, a regar cultivos. Pero los recursos hídricos disponibles van descendiendo. Ya han caído un 12%, según calcula el Ministerio de Transición Ecológica. Para 2050, las proyecciones avisan de una disminución de entre el 14% y el 40%. España no solo se vuelve árida como consecuencia de “los efectos del calentamiento global observado en las últimas décadas”, sino también más seca.

De hecho, la demanda intensiva que ha impuesto el avance del regadío ha hecho que incluso en años con lluvias normales se genere escasez grave de agua para satisfacer esas demandas en algunos lugares. Pero si además llega un ciclo de pocas lluvias, las reservas exprimidas no pueden remontar su nivel. El problema se arrastra y se agrava paulatinamente. Resta y sigue.

El agua no es solo un recurso económico para la producción. Además de para beber los humanos, es la base de los ecosistemas. Casi la mitad de los ríos españoles están en mal estado, según admite la Estrategia Nacional de Recuperación de Ríos. Los planes hidrológicos recién estrenados han establecido nuevos caudales ecológicos para muchos cursos. Es el agua mínima que debe fluir para mantener la vida piscícola y la vegetación.

La aplicación de este caudal –que es una obligación legal– por primera vez en el río Tajo es lo que ha desatado la protesta de los regantes que se benefician del trasvase Tajo-Segura, y que consideran que debe mantenerse el volumen de agua que reciben. Si el río lleva más líquido, menos queda para ellos. Los gobiernos de la Comunitat Valenciana, Murcia y Andalucía han llevado a los tribunales este plan del Ejecutivo.

En estos días, la ley de amnistía para regadíos ilegales en torno a Doñana que prepara el PP en Andalucía ha acaparado la atención. El parque está en crisis, “en deterioro generalizado” porque el expolio de los acuíferos ha desecado gran parte de sus lagunas, según expuso el director de la Estación Biológica del CSIC, Eloy Revilla.

Pero, también ahora, otro humedal de importancia internacional y parque nacional como es Las Tablas de Daimiel ha visto cómo su exigua superficie encharcada se reducía un 40% en solo dos meses.

Las Tablas están secas porque el descenso de los niveles en las aguas subterráneas –explotadas para regar y sin recarga natural suficiente– “están desconectadas de las superficiales que sustentan el Parque Nacional”, según explica la Confederación Hidrográfica del Guadiana, basándose en un informe del Instituto Geológico y Minero de España.

Ese acuífero se declaró definitivamente sobreexplotado en 1994. Ahora, el depósito se considera dividido en tres masas de agua: Mancha Occidental I, Mancha Occidental II y Rus de Vilalobos. Todas están declaradas en mal estado. Las tres presentaban en diciembre de 2022 unos índices de explotación (el cociente entre los derechos de extracciones y los recursos disponibles) de 3,41, 2,99 y 3,55 respectivamente. El umbral máximo para considerarlos en riesgo es 0,8.

Allí, ya en 2008, el Plan Especial del Alto Guadiana decía: “De las 20.000-30.000 hectáreas que ocupaba el regadío a comienzo de la década de los setenta se ha pasado a las más de 200.000, con 137.694 de esas hectáreas situadas sobre acuíferos sobreexplotados”.

Con en el paso del tiempo, la cosa no ha mejorado. Solo un ejemplo de diciembre de 2022: “A pesar de las limitaciones establecidas desde la declaración en riesgo y del incremento en las labores de vigilancia”, dice la Confederación, lejos de revertirse el problema se ha producido “un agravamiento del estado cuantitativo de la masa de agua subterránea Mancha Occidental I respecto al que tenía cuando se declaró en riesgo”.

El World Resources Institute evalúa la situación de estrés hídrico en el mundo por países. Según su análisis, España soporta un nivel alto de estrés –más del 40% de los recursos disponibles se extraen cada año–. Es el cuarto país de la Unión Europea por detrás de Chipre, Bélgica y Grecia, y por delante de Italia y Portugal. Ocupa el 28º puesto en el ránking mundial.

“Tenemos unas demandas, mayoritariamente agrarias, que se sitúan sistemáticamente al nivel de los máximos recursos disponibles. Y estamos en un clima donde esos máximos no son la normalidad”, opina la investigadora de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Nuria Hernández Mora.

Y pone un ejemplo: “El sistema de regulación general en el Guadalquivir solo ha estado en situación de normalidad el 36% de los meses transcurridos entre 1980 y 2020. Eso indica que se está produciendo una situación de sobrexplotación”.

Al otro lado está la presión económica. Cada hectárea que se pone en regadío (y recibe agua) multiplica su valor. El precio medio de una hectárea para cultivo en España es de 10.000 euros. Una hectárea de hortalizas cuesta 36.000. Si es bajo invernadero, el precio escala a más de 200.000 euros, según la Encuesta de precios de la tierra del Ministerio de Agricultura.

Si se compara, una hectárea dedicada a frutales de clima subtropical –el aguacate, el mango, níspero o chirimoyo– en régimen de secano, cuesta unos 8.000 euros. El mismo terreno y con los mismos árboles, si es de regadío, supera los 113.000 euros. 14 veces más.

“Creo que es evidente que hay que reducir demandas hasta situarlas por debajo de los niveles disponibles ordinarios”, reflexionaba Hernández Mora durante un análisis de los próximos planes de sequía de Transición Ecológica. E ilustra: “Como con la economía familiar, tú no te gastas la nómina y algo más. Vas ahorrando y vas metiendo en la caja de manera que cuando te surge una emergencia, como es la situación de sequía extraordinaria, tienes margen para actuar. Si te estás gastando por encima de lo que tienes, cuando llega la emergencia el daño es mucho mayor”.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, no comparte la visión de que haya un exceso: "El enfoque no es regadío sí o regadío no, sino que debe ser sostenible y viable si queremos continuar con el nivel de producción y autonomía alimentaria". "Para nosotros el regadío sostenible es absolutamente necesario", considera el ministro. Su tesis es que no hay que restar tierras, sino escatimar el agua. "La misión del Gobierno no es reducir la superficie sino reducir los caudales de utilización de las dotaciones de agua y de agua disponible utilizados en la agricultura".

Lo cierto es que buena parte de la producción se dedica a la exportación. Por ejemplo, de los 6,8 millones de toneladas de cítricos que se cosechan de media al año, unos 3,7 se mandaron fuera en el ejercicio 2021-2022. Generaron 3.500 millones de euros. Las exportaciones de hortalizas de invernadero vendieron ese curso por valor de 3.200 millones de euros, más otros 2.500 de las fincas al aire libre. Para los frutos rojos, con 440.000 toneladas, las exportaciones generaron 1.315 millones de euros.

Otra cosa es cómo ese nicho económico riega luego los beneficios. Porque se da una paradoja: en la provincia de Almería, entre los pueblos con menor renta por persona se sitúan los municipios de Níjar y Adra, según la Encuesta de distribución de rentas del INE. Ambos son dos centros neurálgicos de la agricultura bajo invernadero de la provincia.

En Huelva, donde se concentra el 90% de la producción de fresas y frutos rojos, entre los cinco municipios con peores datos de renta se cuentan Rociana del Condado y Almonte. Los dos son contiguos y se sitúan, precisamente, en la corona alrededor de Doñana dedicada a estos cultivos.

El ingeniero agrónomo y miembro de Ecologistas en Acción Santiago Martín Barajas insiste desde hace años en que la reducción debe ser “de un millón de hectáreas de regadío” para, repite, “recuperar cierto equilibrio y evitar el colapso hídrico”. El ecologista opina que la expansión de esta industria “es la mayor amenaza para nuestro medio natural”.

Sin embargo, los regantes contraponen que son cada vez más eficientes a la hora de utilizar el agua y eso “ha disminuido la demanda un 15% en los últimos 20 años”, según explica Juan Valero, secretario general de la Federación de Regantes Fenacore . El 52% de las hectáreas utilizan riego localizado por un 24% con riego 'a manta' (por gravedad).

La apuesta por el regadío ha sido, desde luego, de alto voltaje. El Estado ha puesto muchísimo dinero en el sector. El Ministerio de Agricultura calcula que “la inversión pública para modernizar 1,5 millones de hectáreas ascendió a 3.000 millones de euros”. Y que eso ha permitido “un ahorro anual de agua de 3.000 hm3”.

Planas anunció este martes otro paquete de 2.130 millones de euros hasta 2027 para "modernizar regadíos, hacerlos más eficientes y utilizar otras fuentes de agua como la regenerada o la desalada, que supondrá un ahorro del 10% en agua".

Así que Valero no quiere ni oír hablar de reducir el regadío. “No tiene sentido pedir reducciones porque las demandas y los recursos de agua se calculan en promedios. Habrá años en los que sobre agua”, defiende el representante de Fenacore. “Habrá años en los que sí se puedan atender las demandas, generando así riqueza y empleo. Reducir no sería un planteamiento inteligente. Iría contra el interés de España”.

Fenacore apuesta en su lugar por ampliar las infraestructuras de regulación de ríos y almacenamiento: presas, embalses y canalizaciones que, piensan, “permiten embalsar agua en las épocas de lluvia para distribuirla y usarla cuando se necesite”. También se rebelan contra la idea de que “los regantes provocan las sequías”. “Cuando hay escasez somos el sector más afectado. Y detrás de esos daños hay dramas humanos”, describe su secretario general.

La idea de construir más presas para almacenar agua “es un hidromito”, contrapone Hernández Mora. Porque si no llueve no hay qué almacenar. Fenacore defiende que si se reducen los caudales ecológicos de los ríos, habrá más agua que embalsar. La propuesta de Transición Ecológica les parece “ecologismo radical”.

Esto va en la línea que han defendido PP y Vox en las últimas semanas, según se acercan las elecciones autonómicas y locales, que han calificado de desperdicio que los ríos lleven agua hasta el mar.

En realidad, la ley establece que ese volumen ecológico de agua es una exigencia previa antes de que se distribuyan los recursos para sus diferentes usos. Es una “restricción” que debe salvaguardarse y, solo después, podrá calcularse cuánto se dedica a la industria y, por supuesto, cuánto a la agricultura. 

ENLACES:

https://www.msn.com/es-es/noticias/internacional/espa%C3%B1a-se-enfrenta-al-dilema-imposible-de-un-campo-que-multiplica-los-regad%C3%ADos-en-un-pa%C3%ADs-sin-agua/ar-AA1a1ArW?ocid=entnewsntp&cvid=62961f901b3c474dadd6309b12f4f5a3&ei=70

lunes, 17 de abril de 2023

ASÍ TERMINAN LOS RESTOS DE NEUMÁTICO EN TU ENSALADA

 RESUMEN:

Las sustancias químicas liberadas por los neumáticos de los coches podrían llegar a nuestras verduras a través de los lodos de depuradora y las aguas residuales

Se calcula que cada coche pierde aproximadamente un kilogramo de desgaste de neumáticos. El caucho natural y sintético de los neumáticos está en constante rozamiento con la carretera, y toda esa goma perdida se queda expuesta a los elementos en forma de micropartículas.

Los microplásticos pueden entrar en el medio ambiente de muchas maneras. La más alarmante son las botellas de plástico desechadas que flotan en ríos y océanos, así como las fibras desprendidas de prendas sintéticas durante el proceso de lavado que se van por el desagüe. Si embargo, los neumáticos de los coches son una de las fuentes de microplásticos más importantes. Las partículas de la carretera son arrastradas por el viento y la lluvia, y termina en los ríos y plantas de tratamiento de aguas residuales.

Los investigadores de la Universidad de Viena han estudiado si las sustancias químicas liberadas por los neumáticos llegan a las plantas de lechuga y si, en última instancia, podrían acabar en nuestros platos. Según sus análisis, publicados en la revista Environmental Science & Technology, las  lechuga absorbió todos los compuestos químicos examinados, algunos de los cuales eran tóxicos. Sin embargo, las investigaciones se realizaron en condiciones de laboratorio y no sobre el terreno.

La mitad de los microplásticos que existen en el mundo proceden de la abrasión de los neumáticos de los automóviles.

«Las partículas de abrasión de los neumáticos contienen una serie de sustancias químicas orgánicas, algunas de las cuales son muy tóxicas», explica Anya Sherman, del Centro de Microbiología y Ciencia de Sistemas Medioambientales y coprimera autora del estudio. La abrasión, al igual que otros tipos de microplásticos, contiene aditivos que supuestamente aportan ciertas propiedades, como una mayor durabilidad. Para sus estudios, los investigadores añadieron cinco sustancias químicas a las soluciones nutritivas de las plantas de lechuga. Cuatro de estas sustancias químicas se utilizan en la producción de neumáticos. La quinta sustancia química utilizada en el estudio, la 6PPD-quinona, es un producto de transformación de una de estas cuatro sustancias químicas que se forma cuando los neumáticos están en uso. Se ha demostrado que es tóxico y se ha relacionado, por ejemplo, con la muerte masiva de salmones en Estados Unidos.

«Nuestras mediciones mostraron que las plantas de lechuga tomaron todos los compuestos que estudiamos a través de las raíces, los translocaron a las hojas de lechuga y los acumularon allí», dice Anya Sherman. Esto también era evidente cuando las plantas de lechuga no estaban expuestas a los productos químicos directamente, sino indirectamente a través de los gránulos de neumático.

La mitad de los microplásticos que existen en el mundo proceden de la abrasión de los neumáticos de los automóviles. Utilizando métodos de espectrometría de masas de alta resolución, los investigadores no sólo midieron hasta qué punto las sustancias químicas previamente definidas acabaron en las plantas de lechuga. También identificaron las sustancias a las que se metabolizaban en la planta de lechuga: «Las plantas procesaron las sustancias y en el proceso también produjeron compuestos que no se habían descrito antes. Como no conocemos la toxicidad de estos metabolitos, suponen un peligro para la salud que no se puede evaluar», afirma Thorsten Hüffer, que también participó en el estudio. Los metabolitos identificados son bastante estables en la planta. Lo más probable es que se conservaran hasta llegar al plato de comida. «En el cuerpo humano, sin embargo, estos compuestos se degradan muy fácilmente. Por tanto, si alguien come una ensalada contaminada, las sustancias químicas originales podrían volver a liberarse en el organismo», explica Anya Sherman.

En un estudio reciente publicado también en Environmental Science & Technology, el equipo analizó durante cuánto tiempo los microplásticos liberan contaminantes en las masas de agua. Se centraron en los ftalatos, aditivos que se utilizan principalmente en la producción de PVC. Los análisis mostraron que los microplásticos de PVC estudiados pueden liberar ftalatos en los sistemas acuáticos -por ejemplo, ríos, lagos o aguas subterráneas- durante más de 500 años. Otro equipo de investigación de Nueva Zelanda demostró la cantidad de microplástico que puede haber en el aire: Determinaron que cada año llegan a la ciudad de Auckland unas 74 toneladas de microplásticos procedentes de la atmósfera. Esto equivale a más de tres millones de botellas de plástico.

ENLACES:

https://quo.eldiario.es/naturaleza/q2301490996/asi-terminan-los-restos-de-neumatico-en-tu-ensalada/

EL TERRIBLE PRECIO MEDIOAMBIENTAL DE LOS FERTILIZANTES ARTIFICIALES, Y CÓMO COMPENSARLO

 RESUMEN:

El uso de fertilizantes químicos contribuyó a multiplicar por cuatro la población humana en el último siglo, pero su uso está destruyendo el medio ambiente

Reducir la contaminación por nitrógeno de las tierras de cultivo en todo el mundo es un «gran reto», afirma un grupo de investigadores internacionales en un estudio publicado en Nature en el que se esbozan una docena de reformas necesarias y urgentes.

El uso intensivo de fertilizantes químicos es el avance que ha permitido cuadruplicar la población humana en el último siglo y será crucial para alimentar a 10.000 millones de personas en 2050. Pero las abundantes cosechas de lo que en su día se llamó la Revolución Verde han tenido un coste terrible.

Hoy en día, más de la mitad del nitrógeno de los fertilizantes se filtra al aire y al agua, provocando una contaminación mortal, la acidificación del suelo, el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono y la pérdida de biodiversidad.

«Dadas las múltiples repercusiones del nitrógeno reactivo en la salud, el clima y el medio ambiente, hay que reducirlo en todos los medios, como el aire y el agua», explica a la AFP Baojing Gu, autor principal y profesor de la Universidad de Zhejiang. Las ventajas de hacerlo superan con creces los costes, añadió.

CICLO DEL NITRÓGENO

El mundo está inundado de nitrógeno, un elemento esencial para la supervivencia de todos los seres vivos, especialmente las plantas. Casi el 80% de la atmósfera terrestre es nitrógeno, aunque en forma gaseosa (N2) de escasa utilidad directa para la mayoría de los organismos. Este nitrógeno se pone a disposición de las plantas cuando los microbios que viven en ellas o en el suelo lo convierten en amoníaco mediante la fijación biológica del nitrógeno.

Este proceso canaliza cada año unos 200 millones de toneladas métricas de nitrógeno hacia el suelo y los océanos. Varias formas del nitrógeno acaban transformándose y vuelven a la atmósfera con la ayuda de bacterias, sobre todo en los humedales, tras filtrarse a los océanos o quemarse.

Pero este «ciclo del nitrógeno» natural se ha visto enormemente desequilibrado por el uso de unos 120 millones de toneladas de fertilizantes químicos al año, según el estudio. Menos de la mitad de esa cantidad es absorbida por las plantas, y el resto se filtra al medio ambiente causando toda una serie de problemas.

Los investigadores dirigidos por Gu analizaron más de 1.500 observaciones de campo en tierras de cultivo de todo el mundo e identificaron 11 medidas clave para reducir las pérdidas de nitrógeno y, al mismo tiempo, aumentar el rendimiento de los cultivos.

Una de ellas es la rotación de cultivos, que consiste en plantar diversos cultivos en la misma parcela para optimizar el flujo de nutrientes en el suelo. Los beneficios de reducir la contaminación agrícola por nitrógeno son unas 25 veces superiores a los costes de aplicación, que ascienden a unos 34.000 millones de dólares.

Para China e India (cuyo uso extensivo e intensivo de fertilizantes las convierte en los principales contaminadores mundiales de nitrógeno) ese coste sería de unos 5.000 y 3.000 millones de dólares, respectivamente.

Casi medio billón de dólares en costes evitados se reparten entre la reducción de muertes prematuras por contaminación atmosférica, el menor daño a los servicios de los ecosistemas y el mayor rendimiento de las cosechas.

A pesar de sus enormes beneficios, la gestión avanzada del nitrógeno tiene unos costes iniciales que estarían fuera del alcance de muchos pequeños agricultores sin el respaldo de fuertes políticas gubernamentales. Un sistema de créditos de nitrógeno, por ejemplo, podría subvencionar a los agricultores que adopten técnicas avanzadas de gestión del nitrógeno, aprovechando los beneficios económicos de la reducción de la contaminación por nitrógeno y el aumento del suministro de alimentos.

Para iniciar este círculo virtuoso, podría asegurarse un presupuesto financiero gravando a los consumidores de alimentos o a las empresas que utilizan la agricultura para la producción comercial de alimentos, o gravando las actividades y productos contaminantes, según la propuesta de los investigadores.

ENLACES:

https://quo.eldiario.es/naturaleza/q2301117758/el-terrible-precio-medioambiental-de-los-fertilizantes-artificiales-y-como-compensarlo/

TU ROPA SUELTA MICROPLÁSTICOS AL LAVARLA, UN RECUBRIMIENTO PODRÍA SER LA SOLUCIÓN

 

RESUMEN:

Un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto ha diseñado una solución para reducir la cantidad de microfibras de plástico que se desprenden al lavar tejidos sintéticos

En un mundo inundado por la moda rápida, que produce un gran volumen de ropa barata a un coste inmenso para el medio ambiente, más de dos tercios de la ropa se fabrica ahora con tejidos sintéticos, como el nailon, el poliéster, el acrílico y el rayón.

Cuando las prendas de tejidos sintéticos se meten en la lavadora, la fricción provocada por los ciclos de limpieza produce pequeños desgarros que hacen que las fibras microplásticas de menos de 500 micrómetros de longitud se desprendan y se abran paso por los desagües de la lavandería para entrar en los cursos de agua, donde las partículas pueden ser difíciles de eliminar y tardar décadas o más en descomponerse por completo.

Los investigadores de la Universidad de Toronto han descubierto un recubrimiento de polímero orgánico a base de silicio que se encuentra el suavizante del pelo. Se trata de un recubrimiento bicapa a base de polidimetilsiloxano (PDMS), que son cadenas lineales de un solo polímero que crecen a partir de un sustrato para formar una capa superficial a nanoescala.

En sus experimentos, los investigadores demostraron que este recubrimiento puede reducir significativamente el desprendimiento de microfibras de la ropa de nailon tras repetidos lavados, según los resultados publicados en Nature Sustainability.

El recubrimiento se había empleado en otras superficies, como vidrio y metales, y tiene una fricción muy baja, por eso el PDMS se utiliza en champús y suavizantes para que el pelo brille y se desenrede, y también como aditivo alimentario en aceites para evitar que los líquidos hagan espuma al embotellarse.

Uno de los mayores retos a los que se enfrentaron los investigadores durante su estudio fue conseguir que el PDMS permaneciera en el tejido. Junto con técnicas empleadas en el teñido de la ropa consiguieron reducir el desprendimiento de microfibras en más de un 90% tras nueve lavados.

El recubrimiento de PDMS es respetuoso con el medio ambiente porque no procede del petróleo.

Dado que el PDMS es un material hidrófobo, es decir, que repele el agua por naturaleza, los investigadores están trabajando para que el revestimiento sea hidrófilo, y que así los tejidos recubiertos puedan absorber mejor el sudor. El equipo también ha ampliado la investigación para ir más allá de los tejidos de nailon, incluyendo el poliéster y las mezclas de tejidos sintéticos.

Los gobiernos de todo el mundo han estado buscando formas de minimizar los residuos que se producen al lavar tejidos sintéticos, ya que pueden acumularse en océanos, lagos y ríos, amenazando la vida marina y entrando en la cadena alimentaria humana por su presencia en los alimentos y el agua del grifo. Un ejemplo son los filtros de lavadora, que han surgido como una de las principales soluciones para impedir que las fibras microplásticas entren en los cursos de agua.

ENLACES:

https://quo.eldiario.es/naturaleza/q2301231695/tu-ropa-suelta-microplasticos-al-lavarla-un-recubrimiento-podria-ser-la-solucion/

Los enjambres de drones que plantan árboles: la alternativa tecnológica para reforestar bosques

 

https://www.elespanol.com/omicrono/hardware/20220515/enjambres-plantan-arboles-alternativa-tecnologica-reforestar-bosques/667683280_0.html

viernes, 14 de abril de 2023

LAS PREDICCIONES DE THE LAST OF US SE CUMPLEN: EL CAMBIO CLIMÁTICO POTENCIA LOS HONGOS CAUSANTES DE ENFERMEDADES

 


https://quo.eldiario.es/ser-humano/q2302013512/las-predicciones-de-the-last-of-us-se-cumplen-el-cambio-climatico-potencia-los-hongos-causantes-de-enfermedades/

LAS EMISIONES DE CARBONO DE LOS FERTILIZANTES PODRÍAN REDUCIRSE HASTA UN 80% PARA 2050

 


https://quo.eldiario.es/naturaleza/q2302458614/las-emisiones-de-carbono-de-los-fertilizantes-podrian-reducirse-hasta-un-80-para-2050/

Un estudio del CSIC indica que las zonas naturales empiezan a estar tancontaminadas como las ciudades

 RESUMEN:

Esta contaminación es potencialmente transferible a los ecosistemas naturales que rodean las ciudades; sin embargo, nunca se había evaluado las diferencias en niveles de contaminantes entre los suelos de zonas naturales y espacios verdes urbanos a una escala mundial. El trabajo se publica en la revista Nature Communications, según se indica en nota de prensa.

Los resultados obtenidos demuestran que los suelos de los espacios verdes urbanos y las áreas naturales adyacentes comparten, en muchos casos, niveles similares de múltiples contaminantes (metales pesados, pesticidas, microplásticos y genes de resistencia a los antibióticos) en ecosistemas de todo el mundo.

"Cuando pensamos en los bosques y praderas fuera de nuestras ciudades a los que solemos acudir a hacer senderismo, pensamos en lugares relativamente prístinos. Sin embargo, en muchos casos, las zonas naturales que rodean nuestras ciudades ya están tan contaminadas como nuestros parques y jardines" indica Manuel Delgado Baquerizo, líder de BioFunLab del IRNAS-CSIC y autor senior del artículo.

"Este estudio constituye un paso fundamental en el estudio de la contaminación en nuestras ciudades y zonas naturales al considerar múltiples fuentes de contaminación de manera simultánea, y pretende ayudarnos a visualizar el impacto del ser humano sobre los ecosistemas que nos rodean", continua Delgado Baquerizo.

FACTORES SOCIOECONÓMICOS

Los factores socioeconómicos fueron esenciales para explicar la presencia de contaminantes del suelo en todo el mundo. Las regiones con mayor PIB muestran también mayor nivel de metales pesados y las urbes más pobladas muestran mayor proporción de microplásticos.

"Algunos de estos contaminantes como los microplásticos, los pesticidas o los metales pesados están incluso presentes en lugares remotos como la Antártida", apunta Asunción de los Ríos, investigadora del CSIC en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC).

El estudio indica, además, que el aumento de los niveles de múltiples contaminantes del suelo está relacionado con cambios en el microbioma del suelo, incluyendo genes asociados con la resistencia al estrés ambiental, el ciclo de nutrientes y la patogénesis. "Nuestros resultados destacan una asociación negativa entre la cantidad de pesticidas y los genes microbianos relacionados con el ciclado del fósforo, uno de los nutrientes esenciales y más limitantes de los ecosistemas terrestres", destacan Alexandra Rodríguez y Jorge Durán, científicos de la Misión Biológica de Galicia (MGB-CSIC).

En conjunto, nuestro trabajo demuestra que la contaminación del suelo provocada por el hombre en zonas naturales cercanas es un reflejo de la que se produce en zonas verdes urbanas de todo el mundo, y pone de relieve que los contaminantes del suelo pueden tener consecuencias nefastas para la sostenibilidad de los ecosistemas y el bienestar humano.

"A priori, cabría esperar que los suelos en entornos urbanos sean más susceptibles de contener contaminantes por el hecho de estar más impactados por la actividad humana que sus pares naturales, pero nuestros resultados sugieren que se está produciendo una dispersión hacia las zonas adyacentes de las ciudades, lo cual es preocupante y sugiere una huella urbana difícil de acotar" indica Eduardo Moreno, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y coautor del artículo.

Este estudio ha sido realizado como parte del proyecto URBANFUN (https://www.redleonardo.es/beneficiario/manuel-delgado-baquerizo/) de la Fundación BBVA, concedido a Manuel Delgado Baquerizo. En él han participado una veintena de instituciones de 17 países, entre las que se encuentran el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas), el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), y el Instituto de Ciencias Agrarias (ICA), todos del CSIC, así como diversas instituciones internacionales: la Universidad de Zürich, de Sidney o de Pretoria, entre otras.

ENLACES:

https://www.msn.com/es-es/noticias/espana/un-estudio-del-csic-indica-que-las-zonas-naturales-empiezan-a-estar-tancontaminadas-como-las-ciudades/ar-AA19Otv0?ocid=entnewsntp&cvid=03788bf7ff954d6b839c80c4ded83707&ei=90

miércoles, 12 de abril de 2023

LA ANTÁRTIDA HA PERDIDO MÁS DE 3.000 MILLONES DE TONELADAS DE HIELO EN 25 AÑOS

 RESUMEN:

Los científicos han calculado que la región antártica que más rápido ha cambiado, la Bahía del Mar de Amundsen, ha perdido más de 3.000 millones de toneladas de hielo en un periodo de 25 años

Para hacernos una idea de lo que representa esta cantidad, si todo el hielo perdido se amontonara sobre la superficie de Londres, mediría más de 2 km de altura. Si cubriera Manhattan, mediría 61 km de altura, el equivalente a 137 Empire State Buildings superpuestos.

Veinte grandes glaciares forman el Embalse del Mar de Amundsen, en la Antártida Occidental, que tiene unas tres veces el tamaño deEspaña, y desempeñan un papel clave en la contribución al nivel de los océanos del mundo. La nieve y el hielo aquí retienen tanta agua que, si toda ella se fundiera, el nivel global del mar podría aumentar más de un metro.

El estudio, publicado en Nature Communications calculó el «balance de masas» del Embalse del Mar de Amundsen, que describe el equilibrio entre la masa de nieve y hielo que se gana por las nevadas y la que se pierde por el desprendimiento, que es cuando se forman los icebergs en la boca de un glaciar y caen al mar. Cuando los desprendimientos se producen más rápidamente de lo que se acumula por las nevadas, hay una pérdida total de masa de hielo que contribuye a la subida del nivel del mar.

Los resultados muestran que la Antártida Occidental experimentó una disminución neta de 3.331 millones de toneladas de hielo entre 1996 y 2021, lo que supone una contribución de más de nueve milímetros al nivel global del mar.  Se cree que los cambios en la temperatura y las corrientes oceánicas han sido los factores más importantes de la pérdida de hielo. Según los científicos, no hay indicios de que el proceso vaya a invertirse pronto.

LA IMPORTANCIA DE LAS NEVADAS EXTREMAS

Utilizando modelos climáticos que muestran cómo se mueven las corrientes de aire en todo el mundo, los científicos identificaron que el Embalse del Mar de Amundsen había experimentado varios eventos extremos de nevadas durante el período de estudio de 25 años. En este tiempo se produjeron periodos de fuertes nevadas y a periodos de escasas nevadas o «sequía de nieve».

Los investigadores tuvieron en cuenta estos fenómenos extremos en sus cálculos. Sorprendentemente, descubrieron que estos fenómenos representaban hasta la mitad de la variación del hielo en determinados periodos y, por tanto, tienen un papel clave en la contribución de la cuenca del mar de Amundsen a la subida del nivel del mar durante ciertos periodos.

Por ejemplo, entre 2009 y 2013, los modelos revelaron un periodo de precipitaciones de nieve persistentemente bajas, o «sequía de nieve». La falta de nevadas nutritivas hizo que la capa de hielo perdiera hielo, contribuyendo así en un 25% más a la subida del nivel del mar que en años de nevadas medias.

Por el contrario, durante los inviernos de 2019 y 2020 se produjeron nevadas muy intensas. Los científicos estimaron que esta fuerte nevada mitigó la contribución al nivel del mar del Embalse del Mar de Amundsen, reduciéndola a aproximadamente la mitad de lo que habría sido en un año promedio.

EL NUEVO GLACIAR CERDITO

La pérdida de hielo de la región en los últimos 25 años ha provocado el retroceso del glaciar Pine Island, también conocido como PIG. Al retroceder, uno de sus glaciares tributarios se desprendió del glaciar principal y se aceleró rápidamente. Por ello, el Comité de Topónimos Antárticos del Reino Unido ha rebautizado el glaciar afluente con el nombre de Piglet Glacier (glaciar cerdito), para que pueda ser localizado e identificado sin ambigüedades en futuros estudios. Las observaciones por satélite han mostrado que el recién bautizado glaciar Piglet aceleró su velocidad de hielo en un 40%, mientras el mayor PIG retrocedía hasta su menor extensión desde que se tienen registros.

Los satélites como el Sentinel-1 de Copernicus, de la Agencia Espacial Europea, que utiliza sensores que «ven» a través de las nubes incluso durante la larga noche polar, han transformado la capacidad de los científicos para vigilar regiones remotas y controlar el cambio increíblemente rápido que se está produciendo en la Antártida. El resultado son estudios como este.

ENLACES:

https://quo.eldiario.es/naturaleza/q2303155244/la-antartida-ha-perdido-mas-de-3-000-millones-de-toneladas-de-hielo-en-25-anos/

Así se transforman los restos de nuestros campos en energía sostenible

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