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martes, 17 de octubre de 2023

La vegetación se extiende en la Antártida y eso es una mala noticia

 Cada vez hay más verde en la Antártida y eso es motivo de preocupación para los científicos. En los últimos años están apareciendo nuevas áreas vegetales en partes de la Antártida donde nunca las hubo. Esta creciente expansión de la vida vegetal en el Polo Sur parece ser una consecuencia más del cambio climático causado por el hombre y puede incluso estar demostrando que el continente helado ha alcanzado un alarmante “punto de inflexión”.


Debido a sus duras condiciones de temperatura, la Antártida cuenta con sólo dos plantas vasculares nativas: el pasto antártico (Deschampsia antarctica) y la perla antártica (Colobanthus quitensis).


Científicos de la Universidad de Insubria (Italia) publicaron el año pasado un estudio que se centraba en la situación de estas dos especies plantas entre los años 2009 y 2019 en la isla Signy, una pequeña isla subantártica en las Islas Orcadas del Sur de la Antártida. Ese territorio insular es un importante lugar de nidificación para una variedad de aves marinas.


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La 'Colobanthus quitensis', una de las dos plantas que hay en la Antártida

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Tras comparar la superficie que ocupaban dichas plantas con otros estudios realizados en los 50 años anteriores pudieron descubrir que las dos poblaciones de plantas se habían disparado en los últimos 10 años. De hecho, la densidad de las plantas había crecido tanto en la última década como en los 50 años anteriores.

Los investigadores comprobaron además que esta tasa de crecimiento guardaba una relación directa con la tendencia al calentamiento de la temperatura del aire que comenzó en la Antártida durante el verano de 2012.


Si bien el cambio climático parece ser un factor importante para esta expansión de ambos vegetales, los investigadores también señalan que la isla ha experimentado una caída drástica en el número de focas, animales que suelen pisotear las plantas y limitan así su crecimiento.


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Deschampsia antarctica

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A medida que las temperaturas sigan subiendo, los expertos esperan que esta tendencia continúe. En marzo de 2022, la Antártida Oriental experimentó la ola de calor más importante jamás registrada. Investigaciones recientes han confirmado que esta ola de calor sin precedentes aumentó la temperatura 2°C debido al cambio climático. Hacía tanto calor que los investigadores que trabajaban en el lugar vestían pantalón corto y algunos incluso se quitaban la camisa para tomar el sol, según el Washington Post.

Y la situación irá a peor. Para finales de este siglo, las temperaturas en la Antártida podrían aumentar entre 5º y 6º C más como resultado de la crisis climática, lo que provocaría cambios devastadores en el continente.


Como lo demuestra el auge de la vida vegetal en la isla Signy, la Antártida está cambiando rápidamente como resultado de la actividad humana y pronto podría alcanzar su punto de inflexión crucial.


Lo observado en esa isla antártica puede ser, afirman, el preludio de lo que terminará ocurriendo en buena parte de este continente en los próximos años, debido al calentamiento global.


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Paisaje vegetal en la Antártida

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“La característica más novedosa de esto no es la idea de que algo esté creciendo más rápido. Es que creemos que estamos empezando a ver lo que es casi un cambio radical o un punto de inflexión”, manifestó a New Scientist en 2022 Peter Convey, uno de los autores del estudio de plantas del British Antártico Survey.


Estudio de referencia, en este enlace.

ENLACES:

https://www.msn.com/es-es/noticias/tecnologia/la-vegetaci%C3%B3n-se-extiende-en-la-ant%C3%A1rtida-y-eso-es-una-mala-noticia/ar-AA1ihQrx?ocid=entnewsntp&pc=DCTS&cvid=ce472424ea7f4a46a2004985bed2ad26&ei=107

Europa prohíbe el césped artificial para frenar su efecto contaminante

Europa prohíbe el césped artificial para frenar su efecto contaminante. El césped artificial es un gran contaminante y para el año 2031 ya no podrá usarse en instalaciones deportivas.


La prohibición del césped artificial tiene el mismo objetivo que la prohibición de la purpurina. Europa se ha propuesto acabar con todos los materiales que emitan grandes cantidades de microplásticos al medio ambiente, muy contaminantes para la atmósfera.

La medida

La hierba artificial está hecha de polietileno y se apoya en una base de poliuretano o látex. Debajo, además de una gran cantidad de arena, se oculta un granulado procedente de neumáticos reciclados, que ofrece una gran amortiguación. Aquí radica el problema: este relleno de caucho es el que está en el punto de mira como gran emisor de partículas.

Natural

Para seguir usando hierba artificial, habría que encontrarse otro material que amortigüe el balón, para sustituir al caucho antes mencionado. Otra solución, por el momento, podría ser la que se usa en equipos profesionales, que utilizan un material híbrido que mezcla césped de plástico con césped natural.

ENLACES:

https://www.msn.com/es-es/motor/noticias/europa-proh%C3%ADbe-el-c%C3%A9sped-artificial-para-frenar-su-efecto-contaminante/ar-AA1ihBNJ?ocid=entnewsntp&pc=DCTS&cvid=ce472424ea7f4a46a2004985bed2ad26&ei=118

martes, 10 de octubre de 2023

🔼 Dos grados más harán de la Tierra un lugar inhabitable para 4.000 millones de personas

  • Oriente Medio, África o el sudeste asiático experimentarán temperaturas y niveles de humedad mortales para el ser humano


Parya, un obrero de 42 años, trabaja al sol durante una ola de calor en una fábrica de ladrillos, en Jacobabad, Pakistán 

Alrededor de 4.000 millones de personas experimentarán olas de calor constantes que «superan la tolerancia humana» si la Tierra se calienta dos grados más respecto a los niveles preindustriales. Ese es el pronóstico de un estudio realizado por investigadores de las universidades Estatal de Pensilvania y Purdue (Estados Unidos), y publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

Desde el comienzo de la revolución industrial, cuando los humanos comenzaron a quemar combustibles fósiles en máquinas y fábricas, las temperaturas en todo el mundo han aumentado aproximadamente un grado más de media. En 2015, 195 países y la UE adoptaron el Acuerdo de París con el objetivo es limitar el aumento de la temperatura mundial a dos grados por encima de los niveles preindustriales y hacer esfuerzos para reducir ese umbral a 1,5 grados.

El equipo de investigadores modeló incrementos de temperatura global que oscilan entre 1,5 y cuatro grados para identificar áreas del planeta donde el calentamiento conduciría a niveles de calor y humedad que excederían los límites humanos. «Para comprender cómo los problemas complejos del mundo real, como el cambio climático, afectarán la salud humana, se necesita experiencia tanto sobre el planeta como sobre el cuerpo humano», indica W. Larry Kenney, profesor de fisiología y kinesiología en la Universidad Estatal de Pensilvania.

Niveles de humedad mortales para el ser humano

Los investigadores emplearon como indicador una temperatura de bulbo húmedo —indicador de cuánto puede enfriarse el cuerpo humano por sí mismo mediante el sudor— de 32 grados, un punto en el que incluso a la mayoría de las personas sanas les resulta difícil permanecer en el exterior por mucho tiempo y las menos sanas pueden enfermar mucho o incluso morir.

Este indicador se mide cuando se envuelve el termómetro en un paño de algodón empapado de agua con el fin de averiguar la temperatura húmeda del aire, lo que refleja la capacidad de la humedad para evaporarse. Ése es el mecanismo para que el cuerpo humano mantenga su temperatura interna con la evaporación del sudor.

A una temperatura de bulbo húmedo superior a cierto límite, el cuerpo humano no puede refrescarse bastante como para sobrevivir más que algunas horas. Entonces, por encima de 31 grados de temperatura de bulbo húmedo se recomienda un mayor tiempo de descanso para evitar el agotamiento por calor.

Además de la temperatura y la humedad, el umbral específico para cualquier persona en un momento concreto también depende de su nivel de esfuerzo y de otros factores ambientales, como la velocidad del viento y la radiación solar.

Según los investigadores, temperaturas y humedad que exceden los límites humanos se han registrado solamente un número limitado de veces en la historia de la humanidad (y solo durante unas pocas horas seguidas) en Oriente Medio y el sudeste asiático.

Los resultados del estudio indican que si las temperaturas globales aumentan dos grados por encima de los niveles preindustriales, los 2.200 millones de residentes de Pakistán y el valle del río Indo en la India, los 1.000 millones de personas que viven en el este de China y los 800 millones de habitantes del África subsahariana experimentarán anualmente «muchas horas de calor que superan la tolerancia humana».

Estas regiones experimentarían principalmente olas de calor de alta humedad, que pueden ser más peligrosas porque el aire no puede absorber el exceso de humedad, lo que limita la evaporación del sudor de los cuerpos humanos y la humedad de algunas infraestructuras, como los refrigeradores evaporativos.

Más de 3ºC: EE.UU., América del Sur y Australia en peligro

Si el calentamiento del planeta llega a tres grados por encima de los niveles preindustriales, niveles de calor y humedad que superan la tolerancia humana comenzarían a afectar la costa este y el centro de Estados Unidos, América del Sur y Australia.

Para evitar que las temperaturas aumenten, los investigadores citan décadas de investigaciones que indican que los humanos deben reducir la emisión de gases de efecto invernadero, especialmente el dióxido de carbono emitido por la quema de combustibles fósiles. Si no se hacen cambios, los países de ingresos medios y bajos serán los más afectados.

Como ejemplo, los investigadores señalan el caso de Al Hudayda, una ciudad portuaria de Yemen con más de 700.000 habitantes en el Mar Rojo. Si el planeta se calienta cuatro grados, esta localidad tendría más de 300 días al año con temperaturas que superan los límites de la tolerancia humana, con lo que sería casi inhabitable.

«El peor estrés térmico ocurrirá en regiones que no son ricas y que se espera que experimenten un rápido crecimiento demográfico en las próximas décadas», apunta Matthew Huber, profesor de ciencias terrestres, atmosféricas y planetarias en la Universidad Purdue.

Huber concluye: «Esto es cierto a pesar de que estas naciones generan muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero que las naciones ricas. Como resultado, miles de millones de pobres sufrirán y muchos podrían morir. Pero las naciones ricas también sufrirán este calor y en este mundo interconectado todos pueden esperar verse afectados negativamente de alguna manera».

ENLACES:

https://www.abc.es/sociedad/dos-grados-haran-tierra-lugar-inhabitable-4000-20231010113612-nt.html

viernes, 16 de junio de 2023

Árboles transgénicos para frenar el desierto

 La salud de los árboles en zonas desérticas resulta crucial para que las comunidades que viven en las zonas colindantes puedan aprovecharse de un ecosistema más fértil y productivo. Soluciones como los árboles transgénicos surgen como alternativas que pueden ayudar a reverdecer estas regiones.

Las caravanas Tuareg que cruzaban el desierto del Sáhara para comerciar con la sal de Bilma veneraban al árbol de Teneré. El único árbol que encontraban en su travesía de más de quinientos kilómetros se había convertido en tabú. Era un árbol sagrado, respetado por todos y uno de los pocos puntos de referencia en la uniformidad de la duna sahariana.

En realidad, el árbol de Teneré era el más aislado y solitario del mundo. Una acacia al noroeste de Níger, a unos 400 km del árbol más cercano. Pero en una noche de 1973, un conductor borracho acabó con él. La historia del árbol de Teneré nos ayuda a entender por qué, en la actualidad, se está planteando la posibilidad de plantar árboles transgénicos para restaurar desiertos.

Origen del desierto del Sáhara

El árbol de Teneré era el último vestigio de un pasado no demasiado remoto en el que un exuberante manto de vegetación cubría gran parte de lo que hoy es el desierto del Sáhara. Algo que ocurrió hasta hace 5.500 años. Entonces, se produjo una de las oscilaciones climáticas que, de forma natural, se suceden cada varias decenas de miles de años: cambió la radiación solar, lo que alteró la fuerza del monzón e indujo una gran sequía sobre la zona.

Pero el cambio en la radiación solar no explica, por sí solo, la extensión actual del desierto del Sáhara. Hubo otro factor que amplificó la sequía: los cambios en la vegetación. La lluvia en zonas de influencia monzónica necesita que la vegetación recicle el agua de lluvia y la devuelva a la atmósfera. Así puede volver a precipitar un agua que, sin árboles, se perdería.


Es decir, que los ecosistemas saharianos de hace cinco milenios entraron en una espiral catastrófica donde un cambio en la radiación solar repercutió negativamente sobre la precipitación, lo que disminuyó su cobertura vegetal. Al perderse parte de la vegetación, la precipitación disminuyó todavía más, lo que agudizó la pérdida de vegetación, por lo que la lluvia escaseó aun más y así sucesivamente hasta llegar al desierto actual.


Plantar árboles para frenar el desierto

Por eso, para los 500 millones de personas que viven en el borde de desiertos (principalmente en África, pero también en partes de Asia central) resulta crucial plantar árboles y asegurar su supervivencia: no hay agua sin ellos.


A tal efecto se han puesto en marcha diferentes programas de reforestación a gran escala, tanto en África como en Asia. El más emblemático tal vez sea el de la Gran Muralla Verde, que busca frenar, e incluso revertir, el avance del desierto a lo largo de 8.000 kilómetros en el sur del Sahel.

Sin árboles no hay agua, por lo que resulta crucial asegurar su supervivencia para tener un impacto positivo en las comunidades que viven al borde de los desiertos

Las comunidades rurales que viven en el límite del desierto necesitan árboles para la lluvia, pero también leña para cocinar y, a ser posible, que aporten alimentos para el ganado. Y este es un balance crítico ya que la necesidad de leña en ambientes desérticos puede fomentar su degradación, por lo que se requiere de árboles con crecimiento rápido. Por lo menos, con unas tasas de crecimiento mayores a las de sustracción.

¿Cómo logramos árboles que crezcan en un desierto extremo y que, a la vez, aporten leña y recursos a la población local?


Compromisos evolutivos

El “superárbol”, entendido como el árbol perfecto, no existe. Esto es, los árboles con mayores tasas de crecimiento son, generalmente, los más vulnerables al estrés y viceversa: una elevada resistencia al estrés suele penalizar el crecimiento. Lograr árboles que resistan al estrés y que produzcan madera rápidamente es, por tanto, un reto importante.

La Gran Muralla Verde busca frenar e incluso revertir el avance del desierto a lo largo de 8.000 kilómetros en el sur del Sahel

La evolución natural de las especies no conduce a superorganismos capaces de cualquier cosa: cada adaptación tiene un coste. Los árboles que crecen rápido, por ejemplo, lo hacen a expensas de generar madera poco densa que, a su vez, es poco resistente a la sequía.


Árboles transgénicos

Por eso, un grupo de investigación ha desarrollado árboles transgénicos que minimizan este tipo de compromisos evolutivos. En concreto, se ha trabajado con dos especies de chopo: Populus euphratica y Populus tomentosa.

P. euphratica es un chopo muy resistente a la sequía y a la salinidad, común en los desiertos de Asia, mientras que P. tomentosa es una especie de crecimiento muy rápido.

El trabajo consistió en insertar en P. tomentosa uno de los genes responsables de la gran resistencia a la sequía en P. euphratica. El gen introducido es un promotor de los brasinosteroides: una hormona que fomenta el crecimiento y la supervivencia bajo condiciones de estrés.


Esta nueva línea de chopos no está todavía lista para ser usada en plantaciones, pero se está trabajando en ello. En un futuro cercano nos encontraremos con un número, cada vez mayor, de proyectos que plantean la introducción de árboles transgénicos con fines de restauración.

Otras experiencias con árboles transgénicos

En Estados Unidos, por ejemplo, el Departamento de Agricultura está actualmente valorando la posibilidad de plantar castaños transgénicos en los bosques. En ese caso, una enfermedad fúngica se esparció rápidamente desde el zoo del Bronx hasta el resto del país, diezmando las poblaciones de este árbol tan carismático.


En el imaginario colectivo, los cultivos transgénicos tienen mala prensa. A pesar de los beneficios ambientales que aportan, como las disminuciones drásticas en el uso de pesticidas. Es posible que la idea de introducir árboles transgénicos en espacios naturales, con fines de restauración, agrade aun menos.


No es asunto baladí y no se está abogando por el uso de árboles transgénicos en plantaciones a gran escala. Se está desarrollando, sencillamente, una herramienta más para la gestión sostenible de los ecosistemas. Una herramienta que deberá ser evaluada rigurosamente, como cualquier otra. Eso sí, evaluada en base a criterios científicos y técnicos, pero no en base a prejuicios. Esto no va de buenos contra malos, sino de cómo restaurar ecosistemas degradados.


https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/arboles-transgenicos-para-frenar-desierto_16990

miércoles, 7 de junio de 2023

Glaciares de los pirineos, el hielo que se agota

 

La inmensa mayoría de los glaciares del planeta retroceden a un ritmo sin precedentes, y algunos de los primeros en desaparecer para siempre se encuentran en los Pirineos, donde los científicos calculan que para el 2050 no quedará ninguno.



Hace unas semanas mis padres regresaron de su viaje a los Pirineos. Llevaban 30 años sin pisar aquellos parajes. Su recuerdo era el de un paisaje cubierto de nieve y glaciares. Después de más de dos décadas, volvían al lugar para rememorar aquel recuerdo y a la vez huir del calor que, todavía en septiembre, azota del sur de la península Ibérica. Poco dados al alarmismo climático, a menudo suelen relativizar la información que respecta al calentamiento global; no es que lo nieguen, si no que como tantas personas, recelan de mensajes catastrofistas. Sin embargo, años después, la desconcertante visión de unos Pirineos sin hielo y nieve, o al menos muchísimo menos de lo que recordaban, les ha hecho darle más de una vuelta a la cuestión. ¿Dónde habían ido los glaciares de los Pirineos?

La evolución de los glaciares depende de la acumulación de nieve durante la estación fría y del deshielo durante la más cálida respectivamente. De hecho, según los expertos la llamada Pequeña Edad de Hielo que tuvo lugar entre los siglos XIV hasta mediados del XIX, representa la última fase de avance de los glaciares de montaña en todo el mundo. Desde entonces, según varios estudios, el declive de los glaciares de montaña a nivel global ha sido casi continuo, a excepción de breves periodos de estabilización.


Glaciares de montaña, el inicio del fin

Varios estudios identifican la década de 1980 como el último punto de inflexión en la evolución de los glaciares, momento desde el cual han comenzado a menguar en todo el mundo. En las cadenas montañosas del hemisferio norte ubicadas en zonas templadas, predominan en la actualidad los glaciares considerados muy pequeños, que son los que cuentan con menos de 0,5 kilómetros cuadrados de superficie. La contracción de estos glaciares se ha acelerado desde finales del Siglo XX y principios del XXI, algo que los científicos achacan al aumento de las temperaturas a nivel global.

Los glaciares más meridionales de Europa, todos ellos clasificados como glaciares muy pequeños, se encuentran en los Pirineos, los Apeninos y la Península Balcánica, en elevaciones de entre 2.000 y 3.300 metros sobre el nivel del mar. Desde el máximo de la pequeña edad de hielo estos glaciares han perdido entre el 30% y el 100% de su volumen.


Pero en el sur de Europa, los glaciares de más de 5 hectáreas, en la actualidad solo se encuentran presentes en los Pirineos, los cuales están en peligro extremo y podrían desaparecer o convertirse en parches de hielo residual en aproximadamente 20 años, según explican los investigadores Ixeia Vidaller, Jesús Revuelto, Eñaut Izagirre y Francisco Rojas Heredia, en un artículo que bajo el título Toward an Ice‐Free Mountain Range: Demise of Pyrenean Glaciers During 2011–2020 se publicaba en septiembre de 2021 en la revista especializada Geophysical Research Letters. Este tipo de proceso ya se ha observado en otras cadenas montañosas del sur de Europa o en áreas tropicales como las montañas de Santa Isabel, en Colombia o las montañas de Puncak Jaya, en Indonesia, donde su desaparición es inminente.


El declive de los glaciares pirenaicos

En los Pirineos, la temperatura ha aumentado más de 1,5°C desde la Pequeña Edad de Hielo, y los datos obtenidos desde la década de 1980 muestran una disminución significativa de la profundidad de la nieve especialmente marcada en las zonas más altas de los Pirineos españoles y franceses. Esto ha provocado un marcada reducción de los glaciares de los Pirineos en las últimas décadas, que han pasado de contar con 2.060 hectáreas en el año 1850 a 810 en 1984, y a tan solo 246 en 2016, una reducción total en la masa de hielo y nieve de más del 80%. En cuanto a su número, la cordillera contaba en el año 1850 con 52 glaciares, de los cuales en la actualidad, solo sobreviven 19.


Según los investigadores, la principal pregunta que debe responderse sobre la evolución de los glaciares pirenaicos es si aún están controlados por las condiciones climáticas mostrando un encogimiento y un desgaste acelerados, o si por el contrario los cambios de los glaciares actuales obedecen a factores topográficos que podrían atenuar su respuesta al aumento de la temperatura, como que se hallen en zonas de sombra o se encuentren en zonas preferentes para la acumulación de nieve.


Sin embargo, los científicos han constatado que en los últimos años, entre 2011 y 2020, la superficie cubierta de glaciares de los Pirineos has disminuido en más de un 20% en solo 9 años, y han desaparecido 3 de ellos, siendo la tasa de pérdida de hielo similar a la observada desde la década de 1980. Los científicos concluyen que en general, el factor que sigue controlando la evolución de los glaciares de alta montaña de los Pirineos responde a las condiciones climáticas, lo que indica que los glaciares pirenaicos se encuentran en un grave desequilibrio, por lo que es muy probable que desaparezcan en las próximas décadas.


ENLACES:

https://www.nationalgeographic.com.es/naturaleza/glaciares-pirineos-hielo-que-se-agota_18750

El coste ambiental de la aviación

 

¿Cuánto contamina un vuelo de pasajeros? ¿Es viajar en avión sostenible? ¿Existen alternativas futuras para hacer el sector más eficiente? Repasamos algunos datos sobre el transporte aéreo.



Podríamos decir sin miedo a equivocarnos que 2 de los indicadores más representativos del grado de desarrollo de una sociedad son el consumo de energía y, muy en relación a este, la capacidad de transporte. En la historia encontramos numerosos ejemplos de como la mejora en estos dos ámbitos se han traducido en un incremento proporcional de la prosperidad para los seres humanos: el dominio del fuego y el empleo del carbón o los combustibles fósiles dan fe de ello en el primer caso; y el desarrollo de la rueda o la domesticación de animales como el caballo en el segundo. 

En este sentido, el último de estos grandes avances que más recientemente ha cambiado el mundo es sin duda el avión. Desde su gran explosión en los años 90,  el transporte aéreo ha conectado el planeta como nunca antes, acortando enormemente las distancias y haciendo, si cabe, del mundo un lugar mucho más pequeño y accesible. 

Sin embargo, esta nueva forma de movernos por el mundo, según se aboga desde distintos ámbitos, representa, en términos de emisiones, una forma poco eficiente de viajar. Según datos de Air Transport Action Group -IATA-, una coalición de expertos de la industria de la aviación centrada en cuestiones de desarrollo sostenible, la aviación es responsable del 12% de las emisiones asociadas con el transporte a nivel mundial, una cifra que no obstante la comisión europea eleva hasta el 13,9%. Esto sitúa a la aviación como la segunda mayor fuente de contaminación del sector, solo detrás del transporte por carretera. 


Una de las mayores críticas hacia el sector, guarda relación con la gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero, más teniendo en cuenta que según las estimaciones de la Agencia Europea de Seguridad Aérea -AESA- el número de pasajeros de avión crecerá un 42% para el año 2040, una cifra se eleva hasta el 100% según los datos de IATA. 

Pero, ¿cuán contaminante es verdaderamente viajar en avión? Según los datos previos a la pandemia, el sector de la aviación produjo en el año 2019 aproximadamente 915 millones de toneladas de CO2 a nivel mundial, lo que representa el 2,1% del total de las emisiones anuales emitidas por el ser humano. Un vuelo de conexión entre Londres y Nueva York, produce por su parte unas emisiones de 986 kilogramos de dióxido de carbono por pasajero. 


No obstante, otros datos a tener en cuenta son que alrededor del 80% de estas emisiones procedieron de vuelos de más de 1.500 kilómetros para los que no existe un modo alternativo de transporte práctico; que a nivel mundial, hoy la ocupación media de los aviones es casi de un 83%, muy superior a la media de otros modos de transporte; y que la modernización de la flota de aviones junto al desarrollo de nuevos tipos de combustibles (SAF), se traduce en que los aviones más modernos emplean menos de 3 litros de combustibles por cada 100 pasajeros y kilómetro, lo que equipara la eficiencia energética del transporte aéreo con la de la mayoría de los coches modernos.

ENLACES:

https://www.nationalgeographic.com.es/medio-ambiente/el-coste-ambiental-de-la-aviacion_19260

lunes, 5 de junio de 2023

¿Qué es el Bisfenol A, el peligroso plástico que envuelve tus alimentos?

 En un informe publicado este 2023, científicos de la EFSA han confirmado los riesgos del consumo de Bisfenol A, un plástico presente en los envases de alimentos, para la salud humana.


No cabe duda que el uso abusivo del plástico en los envases de los alimentos es algo que preocupa cada vez más a la sociedad y a los expertos. Y no solo por la excesiva utilización de este material químico y no biodegradable, sino por la forma en la que contamina los alimentos y que puede acarrear graves riesgos para la salud humana. En concreto, este 2023, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) ha revisado el caso del Bisfenol A o BPA, una sustancia utilizada en la fabricación de envases y tapones, publicando resultados realmente preocupantes para todos los consumidores.

Así, con motivo de la celebración este lunes 5 de junio del Día del Medio Ambiente, este año enfocado en conseguir un planeta sin contaminación por plásticos, se vuelve a hacer hincapié en la importancia de ir disminuyendo la cantidad de plásticos utilizados, pues reducir la demanda implicará una disminución de la fabricación. Este año, más que nunca, la ONU recuerda que las consecuencias no son solo perjudiciales para el medio ambiente, sino que afectan, como es el caso del Bisfenol A, directamente a la salud de las personas.

EL BISFENOL A

El Bisfenol A es una sustancia química usada como un revestimiento para la fabricación de ciertas latas metálicas de comida, resinas y tapones de botellas y frascos. Especialmente, está presente en los plásticos de policarbonato, como botellas de agua, platos, baterías de cocina, recipientes “tupper” para guardar alimentos o hervidores de agua eléctricos, Su presencia se asocia también, en menor medida, a plásticos de cloruro de polivinilo, es decir, PVC, y, en mayor, a algunos papeles térmicos.


La EFSA ha actualizado este 2023 sus investigaciones acerca de las propiedades de esta sustancia, confirmando que su ingesta supone un riesgo para la salud de todos los consumidores y en todos los grupos de edad. Y es que, aunque no se consuma un trozo de plástico de forma directa, las moléculas de BPA pueden fácilmente migrar en cantidades variantes a los alimentos y líquidos contenidos en esos envases y en contacto con el plástico, haciendo de su consumo un riesgo.

RIESGOS PARA LA SALUD

Los científicos de la EFSA confirman que los efectos del BPA son nocivos para el sistema inmunológico. El doctor Claude Lambré, presidente de la Comisión Técnica de Materiales en Contacto con Alimentos, Enzimas y Auxiliares Tecnológicos de la EFSA, declaró que para esta reciente revisión se examinaron más de 800 estudios realizados desde enero de 2013. “Hemos observado un incremento porcentual de un tipo de glóbulo blanco, denominado TH13 en el bazo. Estos desempeñan un papel esencial en nuestros mecanismos inmunitario celulares y un incremento podría dar lugar al desarrollo de inflamación pulmonar alérgica y trastornos autoinmunes”

Además, los expertos alertan de posibles consecuencias también para el sistema reproductivo, el sistema de desarrollo y el sistema metabólico. Es decir, el total de todos los riesgos y daños, más allá del sistema inmune, que el consumo de este plástico puede suponer para la salud es aún desconocido, por lo que los expertos recomiendan revisar de forma periódica la seguridad de los productos, de forma paralela al avance de las investigaciones.

INGESTA DIARIA TOLERABLE

Para estimar cuál sería el límite de bisfenol A que una persona podría consumir sin sufrir daños ni perjuicios en su salud, los científicos de EFSA realizaron en los últimos años diversos estudios sobre las glándulas renales y mamarias de ratones. Consiguieron calcular entonces que el límite más bajo de confianza (BMDL10) era de 8,960 microgramos por kilo de peso corporal al día para los cambios en el peso relativo del riñón. Sin embargo, no fue posible calcular este límite para la glándula mamaria. A este le siguieron estudios en humanos que pudieron verificar las conclusiones obtenidas.

Basados en estos resultados, establecieron entonces un nuevo valor para la ingesta diaria tolerable, reduciéndolo respecto al marcado en el año 2015. Así, siendo en ese año de 4 microgramos por kg de peso, en el último informe de 2023 los expertos recomiendan una ingesta de 0,2 nanogramos por kg de peso. Esto es, un valor 20.000 veces menor que el estipulado en 2015.

REDUCIR LA EXPOSICIÓN

Para reducir el peligro que el BPA supone para la salud, lo más efectivo será tomar ciertas medidas que protejan de sus efectos adversos. Los expertos presentan una serie de consejos o indicaciones a seguir para disminuir las posibilidades de verse afectado por ellos. 

  • Escoger alimentos y bebidas que, a poder ser, no tengan advertencias de BPA.
  • Escurrir y enjuagar los elementos enlatados con advertencia, especialmente si se trata de frutas o vegetales.
  • Escoger más alimentos frescos y menos enlatados.
  • No calentar alimentos o bebidas en los envases o latas en los que son vendidos.

MEDIDAS LEGALES

Sin embargo, más allá de las medidas de prevención que puedas tomar en tu día a día, existen medidas legales en España que te protegen de los efectos más adversos que esta ingesta pues presentar para tu salud. En concreto, desde el año 2011 está prohibida la utilización del BPA en la fabricación de biberones para la alimentación de lactantes. Y, aunque entró en vigor en 2020, desde 2016 se hablaba de la prohibición de su uso en los papeles térmicos utilizados en tareas de cocina y preparación de alimentos.

Finalmente, en 2018 se estipuló un límite legal de migración para los productos, es decir, una cantidad máxima admisible de componentes de material en contacto con los alimentos transferida a estos. Esa cantidad fue de 0.05 miligramos por kg de alimento, algo no muy alejado de la cantidad recomendada por kg de peso para cada individuo al día.

ENLACES:

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/bisfenol-a-alimentos-riesgo-para-salud_20023

miércoles, 29 de marzo de 2023

Ha empezado en España la era de los "megaincendios" forestales. ¿Es o no culpa del cambio climático?

 


https://www.msn.com/es-es/noticias/videos/ha-empezado-en-espa%C3%B1a-la-era-de-los-megaincendios-forestales-es-o-no-culpa-del-cambio-clim%C3%A1tico/ar-AA19aVKc?ocid=entnewsntp&cvid=0dd61795f646411f8366bbc719b6a138&ei=144

España tiene el primer yacimiento de Europa de hidrógeno subterráneo

 


https://www.msn.com/es-es/dinero/noticias/espa%C3%B1a-tiene-el-primer-yacimiento-de-europa-de-hidr%C3%B3geno-subterr%C3%A1neo/ar-AA19d0Bq?ocid=entnewsntp&cvid=0dd61795f646411f8366bbc719b6a138&ei=20

Es casi un milagro: nacen 5 dragones de Komodo en España

 


https://www.msn.com/es-es/noticias/virales/es-casi-un-milagro-nacen-5-dragones-de-komodo-en-espa%C3%B1a/ar-AA19bvCP?ocid=entnewsntp&cvid=0dd61795f646411f8366bbc719b6a138&ei=116

Un estudio revela que las botellas de vidrio contienen más microplásticos que las de plástico

  https://www.eldebate.com/sociedad/sociedad-medio-ambiente/20250627/estudio-revela-botellas-vidrio-contienen-microplasticos-plastico_309542...