El cambio climático es innegable, pero algunas de sus consecuencias todavía son desconocidas. Investigaciones recientes sugieren que el calentamiento global podría causar que virus preservados en los hielos del Ártico salgan al exterior, incluso provocar nuevas pandemias.
Podría ser el principio de una película de terror o de un best-seller de aeropuerto: virus conservados durante milenios en los hielos árticos quedan liberados por el deshielo ligado al aumento global de las temperaturas. Estos microorganismos encuentran seres vivos con los que nunca han estado en contacto, y que por esa razón resultan extremadamente vulnerables a la infección. Se cocina la receta para el desastre: animales que transmiten el patógeno a otros animales, que a su vez se topan con los seres humanos que todo lo invaden y… Así es como puede empezar una pandemia al estilo de la de Covid-19.
Y ahora, la realidad en la que se basa este argumento de ficción menos fantasioso de lo que parece: un análisis del fondo y las aguas del lago Hazen (el más septentrional de Canadá), sugiere que los virus liberados del hielo por el calentamiento global podrían infectar a nuevos huéspedes –ya sean plantas, hongos, animales, microorganismos…– y acabar llegando a otros entornos, un fenómeno conocido como ‘infección por derrame’ o ‘derrame de patógenos’.
La investigación, desarrollada por biólogos de la Universidad de Ottawa (Canadá) y publicada en Proceedings of the Royal Society B, sostiene además que la posibilidad de que esto ocurra es mayor en lugares cercanos a glaciares en deshielo, como es el caso del lago Hazen, el de mayor volumen al norte del Círculo Polar Ártico.
ANÁLISIS GENÉTICO
ZOONOSIS Y OTROS PELIGROS OCULTOS BAJO EL HIELO
No estamos ante una buena noticia, y es que los datos científicos afirman que el Ártico se ha calentado cuatro veces más rápido que el resto del planeta, así que resulta probable que en esa región del globo haya un ejército de virus congelados a punto de reactivarse gracias al calor. Y aunque la mayoría de esos microorganismos no nos hacen daño, no sabemos qué podemos encontrar, dada su abundancia: se calcula que solo en los océanos hay al menos 1.031 virus individuales, y que los mamíferos y las aves albergan alrededor de 1,7 millones de tipos de virus que no conocemos.
El peligro del que alerta la investigación de los biólogos canadienses ya ha dado algunos avisos: en 2016, en el norte de Siberia, un brote de ántrax maligno enfermó de gravedad a decenas de personas y mató a un niño de 12 años. Según los especialistas, su origen habría sido el cadáver de un reno infectado por la bacteria Bacillus anthracis. El animal llevaba al menos 75 años conservado bajo el permafrost, la capa de hielo permanentemente congelada de las regiones circumpolares, que también está sufriendo los embates del cambio climático, y que puede darnos sorpresas desagradables al derretirse: los científicos han hallado en ella microbios con más de 400.000 años de antigüedad.
Un grupo de científicos volvió a hacer infeccioso un virus gigante que llevaba 30.000 años preservado en el permafrost siberiano
En 2014, investigadores del Centro Nacional Francés para la Investigación Científica en Aix-Marsella volvieron a hacer infeccioso un virus gigante que llevaba 30.000 años preservado en el permafrost siberiano. Y en 2020, un equipo de investigadores chinos y estadounidenses descubrió 28 nuevos virus en muestras de hielo de la meseta tibetana. Calcularon que tenían unos 15.000 años.
UN BUEN CALDO DE CULTIVO
El cambio climático y la explotación desatada de la biosfera pueden propiciar las pandemias. Según un informe de WWF, la destrucción de los hábitats naturales y el tráfico de animales nos acercan a especies con las que nunca hemos tenido contacto y que pueden albergar virus y bacterias desconocidos. Según este documento, “el cambio climático está amplificando las principales amenazas que afectan a la biodiversidad y favorece la expansión de virus y bacterias, o de sus vectores, debido a su preferencia por ambientes húmedos y cálidos, facilitando la aparición de determinadas especies en nuevas áreas donde pueden llevar enfermedades antes desconocidas o desaparecidas”.
"El cambio climático está amplificando las principales amenazas que afectan a la biodiversidad y favorece la expansión de virus y bacterias", apuntan desde WWF.
En este contexto, la ‘vuelta a la vida’ de los microorganismos preservados en el hielo es una amenaza más. Y no va a ser fácil de evitar: el Acuerdo de París de 2015 pretende que a finales de siglo la temperatura global del planeta no supere en más de 2 °C la de los niveles preindustriales, o, en el mejor de los casos, los 1,5 °C. Pero según el Informe sobre la brecha de emisiones 2021, elaborado por la ONU, las políticas nacionales en marcha nos llevan a “un aumento de la temperatura global de 2,7 °C para fines de siglo”. Para no pasar de 1,5 °C, “necesitamos reducir a la mitad las emisiones anuales de gases de efecto invernadero en los próximos ocho años”.
ENLACES:
https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/la-proxima-pandemia-podria-venir-del-artico-_18952
No hay comentarios:
Publicar un comentario