lunes, 27 de mayo de 2024

🔼 Cómo afecta el cambio climático a nuestros alimentos

 La subida de la temperatura del mar aumenta la concentración de mercurio, por lo que se incrementará el número de peces contaminados


UNSPLASH


Aunque es una realidad que nos está costando afrontar, el cambio climático influye en los alimentos que consumimos . Algo que tiene sentidos pues, como sabemos, los largos periodos de sequía y la falta de lluvia, por ejemplo, afectan de forma directa a la agricultura, lo que conlleva una reducción o pérdida de las cosechas y la necesidad de emplear más pesticidas.

En el caso de la ganadería, Carmen Healy, tecnóloga de los alimentos y miembro de la Junta Directiva de Alcyta (Asociación española de licenciados, doctorados y graduados en Ciencia y Tecnología de los alimentos) indica que un aumento de la temperatura provocará un estrés en el ganado que le hará más dificultoso alimentarse, lo que afectará a la calidad del producto final.

«Y en la pesca también se hará notar el cambio climático, ya que muchas especies de peces se verán obligadas a desplazarse a otras zonas. Incluso, algunas prácticas pesqueras, como la acuicultura , se verán afectadas por el aumento de la sequía y del calentamiento de las aguas», señala Healy.

Esta subida de la temperatura del mar aumenta la concentración de mercurio, por lo que se incrementará el número de peces contaminados, lo que podría repercutir en nuestra salud. «Además, el marisco se ve afectado por la toxina que produce un tipo de bacteria llamada 'Vibrio'».

Varios estudios como el denominado CLEFSA, llevado a cabo por expertos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), comparten que el cambio climático puede dar lugar a la aparición de enfermedades transmitidas por los alimentos, intensificarlas, o desencadenar otras producto de especies exóticas perjudiciales para la sanidad vegetal y animal. Algunos ejemplos serían las floraciones de algas tóxicas, bacterias marinas y de agua dulce potencialmente tóxicas, aparición de distintos parásitos, hongos, virus, vectores y otras especies invasoras.

Maduración, sabor, textura...

Uno de los aspectos principales en los que podemos notar como consumidores la presencia del cambio climático en los alimentos es en sus propiedades organolépticas (color, sabor, olor y textura). «Sobre todo en el caso de frutas o verduras cosechadas en campos de cultivo, ya que si no reciben la cantidad de agua que necesitan, pueden no llegar a crecer hasta un tamaño adecuado o no conseguir el punto de maduración óptimo», explica Healy.

Por otra parte, un exceso de agua provocado por las intensas lluvias puede conllevar la aparición de plagas , como el moteado del peral y el manzano, «producido por el hongo 'Venturia pyrina', en el peral, y 'Venturia inaequalis', en el manzano». «Y es que en presencia de mucha agua, durante más de 12 horas y a temperaturas de entre 15 y 23ºC, las esporas de estos hongos son capaces de germinar y crecer en estos frutos y hojas. En las peras y manzanas pueden llegar a agrietar su superficie y perder su valor», manifiesta la experta.

Varios estudios han puesto de manifiesto cierta pérdida de las características organolépticas en algunas frutas. Un caso concreto es el de la manzana Fuji , cuyas propiedades de acidez y firmeza se han ido mermando a medida que han ido avanzando los efectos del cambio climático. O, por ejemplo, la uva de vino, que debido al aumento de las temperaturas, la floración es más temprana y la producción más madura y dulce.

No solo la fruta se ve afectada, sino también vegetales y legumbres , como la lechuga . «Un aumento de la temperatura puede alterar la forma de la cabeza de esta planta, haciendo que parezca más hinchada y menos densa, estropeando el color de sus hojas por ausencia de clorofila, perdiendo ese color verde tan característico», declara Healy.

«El tomate también podría estar perdiendo ciertos macro y micronutrientes beneficiosos para nuestra salud, como pueden ser los carotenoides, un pigmento antioxidante que ayuda a mantener la presión arterial o a combatir el cáncer», indica la experta.

Y en el caso de las legumbres, como las alubias , están creciendo en muchos casos a una temperatura de 27ºC por el día y 22ºC por la noche, llegando a alcanzar un tamaño mucho más pequeño que aquellas que crecen a seis grados menos.

ENLACES:

https://www.abc.es/bienestar/alimentacion/abci-como-afecta-cambio-climatico-nuestros-alimentos-202212042309_noticia.html

Andalucía librará su particular 'guerra espacial' contra los incendios

 


https://www.eldebate.com/espana/andalucia/20240527/andalucia-librara-particular-guerra-espacial-contra-incendios_199686.html

🔼 El alarmante aviso de Mario Picazo a toda España: predice esto para 2050

El meteorólogo ha utilizado sus redes sociales para compartir una noticia y hablar de lo que podría pasar en 2050 con nuestras aguas subterráneas

CONCLUSIONES:

El agua subterránea escasea cada vez más. Un bien preciado que cada vez tarda más en regenerarse y que estamos ocnsumiendo en muchos rincones del planeta a un ritmo alarmante.


Mario Picazo. MEDIASET

Mario Picazo ha hecho recientemente un aviso en sus redes sociales, concretamente en 'X' (antes Twitter) sobre un hecho que podría afectarnos en torno al año 2050: la escasez de aguas subterráneas. La verdad es que el mundo en general consume agua a un ritmo frenético y una gran parte de esta llega del subsuelo, siendo nosotros, España, uno de los países que más la extraen.

El uso desproporcionado y en algunos casos clandestino del agua sigue siendo un serio problema para la sociedad y puede agravarse aún más con el paso de los años. Son numerosas las zonas del planeta donde se explotan los acuíferos de manera descontrolada con los consiguientes problemas para el entorno y la población.

Un estudio nos muestra el futuro del agua subterránea

En relación a esto, un equipo de expertos e investigadores han realizado un complejo estudio que nos muestra cómo para el año 2050 la mitad de la población global tendrá problemas para acceder a aguas subterráneas en condiciones.

Para llegar a esa conclusión, en este estudio han utilizado un modelo numérico que contempla la compleja relación entre la extracción de aguas subterráneas, el desarrollo económico, los sistemas energéticos y el Cambio Climático. En total se han realizado simulaciones para generar 900 escenarios diferentes. La idea era capturar una variedad de escenarios futuros que representen la realidad de lo que les depara a las aguas subterráneas del mundo entero. 

El escenario promedio obtenido indica que el agua subterránea alcanzará su punto máximo alrededor del 2050 con 625 kilómetros cúbicos de agua, aproximadamente el doble que en la actualidad, un dato alarmante.

Este problema no es algo nuevo

Toda este problemática se ha venido incrementando desde hace décadas. A medida que aumenta la población y la elaboración de productos de todo tipo, aumenta también la demanda de agua. Las sequías más extremas  que vivimos año tras año tampoco ayudan, razón por la cual cada vez dependemos más del agua que tenemos bajo nuestros pies. 

Prueba de todo esto es el aumento del uso de agua subterránea que estamos experimentando de forma acelerada. Entre 1960 y 2010, la extracción mundial de aguas subterráneas ha aumentado más del 50%. Gran parte de ese incremento ha llegado del sector de la agricultura que necesita más agua para regar cultivos.

Impacto en la biodiversidad

El problema es que necesitamos tanta agua para nuestro día a día de actividad frenética, que vaciamos nuestros acuíferos a un ritmo mucho mayor del que tardan en rellenarse. Por eso, no solo nos estamos quedando sin agua y deteriorando la calidad de la poca que queda, también estamos contribuyendo a transformar el entorno que nos abastece de ella. 

En algunas zonas, la tierra ya se está hundiendo de tanta agua que hemos extraído. En otras, acaba contaminada y eso tiene un gran impacto también sobre la biodiversidad y las distintas especies que de ella depende. Aguas cada vez más profundas e inaccesibles que requieren profundizar más que en el pasado para extraerlas, disparando así el coste de su extracción.


¿Cómo afecta a España?

El declive de los acuíferos es un problema global que afecta a unos países más que a otros. Ya sea por la sequía, la naturaleza de la precipitación o por una deficiente gestión de los recursos hídricos, hay muchos países que están sufriendo con este problema. 

El caso de España está entre los citados y preocupa entre un buen número de sectores. Hay zonas de la península Ibérica donde el descenso de las aguas subterráneas es alarmante y se habla de hasta más de un metro al año. 

Un informe de Datadista muestra cómo el 44% de las masas de agua subterránea en España está en mal estado cuantitativo debido fundamentalmente a las extracciones masivas realizadas. 

Afecta a más del 50% de las masas en las cuencas del Segura, Guadiana y las internas de Cataluña, así como a un tercio en cuencas del tamaño del Guadalquivir, Segura, Duero, Ebro y Júcar.

Por otra parte, añaden que el 30% de las masas de agua subterránea presentan mal estado químico. Una situación que se extiende a la mayor parte de las masas en las cuencas del Guadiana, Segura, Guadalete y Barbate, Gran Canaria, Tinto, Odiel y Piedras y a un tercio de las del Guadalquivir, Júcar, Duero y Ebro.

ENLACES:

https://www.vozpopuli.com/actualidad/alarmante-aviso-mario-picazo-2050-sd.html

🔼 ESPECIES TROPICALES EN EL CANTÁBRICO: EL CAMBIO CLIMÁTICO HA LLEGADO AL MAR

Las capas más superficiales del Cantábrico se están calentando en unos 0,2ºC por década. Por eso, comprobamos a bordo de un pesquero guipuzcoano que donde debería haber verdel encontramos tiburones, esturiones, serretas y salpas brasileñas


Un pescador sostiene un esturión, una rara especie en el Cantábrico hasta ahora/ AZTI/ I. ARIZMENDI

Es temporada de verdel en el Cantábrico. O debería de serlo, porque cada vez es más difícil encontrarlo por estas latitudes. Alberto Torrente arranca el motor de su barco de pesca, el Antiguotarrak, y se dispone a dejar el muelle de San Sebastián con su segundo de abordo, Chicho, y un polizón que les acompaña para narrar la jornada de pesca.

Al polizón le explican que la idea es dirigirse al oeste, donde los bancos de verdel son ahora más abundantes. Pero, enseguida, en las faldas del monte Igueldo, en una zona de aguas turbias, unas aletas empiezan a asomar entre las aguas. Alberto apaga el motor de su barco y exclama: «Mira, mira, son tiburones». Echan un poco de cebo alrededor del barco y se dispone a cargar los anzuelos. En efecto, son escualos que no tardan en picar y que salen del agua como rosquillas.

No es habitual que los tiburones se encuentren por esta zona, y menos tan cerca de playas turísticas como las de Zarauz o La Concha, pero no son las únicas especies atípicas que pescadores como Alberto y Chicho se están topando en el Cantábrico de un tiempo a esta parte. ¿El motivo? Ellos, que entre los dos suman 70 años de pesca en sus cañas, lo tienen claro: el cambio climático. «No habíamos visto nunca nada así».

Un poco más adelante, a la altura de Zumaya, los pescadores recogen un ejemplar que se parece mucho a una mojarra (muxarra, en euskera). Pero rápidamente se dan cuenta de que su captura no es una mojarra, sino un pescado totalmente inusual en la costa vasca, una salpa brasileña que, como su nombre indica, es más habitual de Brasil que de las costas españolas. No en vano es un pez que habita principalmente en las costas tropicales de Sudamérica y el Golfo de México. No del Golfo de Vizcaya.

Alberto le explica al polizón que, a veces, las salpas brasileñas se habían llegado a recoger en la costa oeste de África, «pero su avistamiento en aguas más frías como estas no forma parte de la rutina habitual de estas especies ni de la actividad pesquera de la costa vasca». Algo que atestigua el centro tecnológico Azti, que, en un informe alerta sobre el cambio en la biodiversidad de nuestros mares por el calentamiento global, «que está haciendo moverse más al norte a especies de aguas más frías y acercarse al Cantábrico a peces de mares más cálidos».






Arriba, Torrente, en la ventana de su barco. Abajo, un pescador sostiene una serreta, una especie rara hasta ahora en el Cantábrico. AZTI/ I. ARIZMENDI


Los pescadores recuerdan que ya habían cogido alguna que otra salpa brasileña en el pasado, pero que, al no saber muy bien de qué especie se trataba, la habían devuelto directamente al mar. «Ya habíamos oído alguna vez que habían aparecido en Canarias porque es una zona subtropical, pero aquí en Euskadi es una cosa bastante rara», sostiene Alberto. La jornada de pesca continúa y siguen recogiendo diferentes especies. «Mira, he cogido una serreta», exclama Chicho, y a los diez minutos sube del agua un esturión. «El mar está loco», dice mientras posa para la foto con su captura. «Verdel no está saliendo mucho, pero ya ves qué diferencia de especies. Se supone que el esturión se extinguió en España y actualmente en Europa solo se encuentra en Francia y Alemania, pero, mira, aquí tienes uno bien hermoso».

Cambios en Europa

Precisamente el centro tecnológico Azti ha liderado un estudio sobre ese cambio en la biodiversidad de los mares europeos que tiene la principal conclusión de que en los últimos años el Océano Atlántico ha experimentado una tropicalización de sus comunidades, aumentando la abundancia de especies propias de aguas más cálidas.

Guillem Chust, investigador de Azti y autor principal del estudio, explica que «el cambio climático está calentando el aire, y éste va gradualmente transfiriendo su calor a las capas superficiales del mar. Fruto de ello, el mar se calienta y se produce una expansión térmica. Por otro lado, este mismo calentamiento derrite los casquetes polares y glaciares cuya agua dulce entra en el mar. Ambos procesos, expansión térmica y aumento del volumen del mar son la causa del ascenso del nivel del mar».

Desde Azti han medido la temperatura en el Golfo de Vizcaya desde hace 40 años, a diferentes profundidades y mediante diferentes plataformas, como satélites, boyas, muestreos en embarcaciones y contrastado con otros estudios. Todas estas mediciones llevan a conclusiones similares: la temperatura de las capas más superficiales del Cantábrico se está calentando en unos 0,2ºC por década.

El nivel del mar está ascendiendo a 3,2 milímetros por año y se espera que para finales de siglo ascienda entre 50 y 80 centímetros en la costa vasca. Este ascenso puede provocar la inundación en ciertas áreas del litoral en condiciones de mareas vivas y daños en puertos, diques y paseos marítimos durante temporales. Se estima, por ejemplo, que se perderá gran parte de las playas a causa de ello. Ya a día de hoy, cuando hay mareas vivas, la playa de La Concha desaparece engullida literalmente por las aguas.

Un aumento actual de la temperatura del mar de 0,2 grados por década, y para finales de siglo de 1,5 grados a 2,5 grados, puede conllevar el desplazamiento de las áreas de distribución de la vida marina, cambios en su ciclo estacional y disminución de la talla de los peces. Quizá lo más preocupante sea que lleva asociado también una incertidumbre difícil de acotar por el papel que pueda jugar el océano en la regulación del clima y las múltiples respuestas de los ecosistemas marinos. «Así, la producción primaria del Golfo de Vizcaya podría verse afectada y no sabemos en qué dirección, aunque parece que el escenario más plausible sea de disminución, y ello implica además menos alimento para los peces», señala Guillem Chust.

La anguila es una de las especies de peces de interés comercial más vulnerables a estos cambios

«De las especies de peces que hemos analizado, hemos detectado desplazamientos hacia el norte del verdel, avance en el momento de la puesta de la anchoa y de la migración de los juveniles de bonito. Quizá el análisis de escenarios sitúa a la anguila como una de las especies de peces de interés comercial más vulnerables, y ya se encuentra en estado crítico. Nuestro estudio muestra que el cambio climático podría sumarse a las severas amenazas que ya se ciernen sobre ella: pérdida de hábitat, y explotación pesquera insostenible«, apunta el investigador de Azti.

Un cambio innegable

Y ante estas pesimistas conclusiones del estudio sobre cambio climático en el mar, los pescadores del Antiguotarrak aportan desde su experiencia en la mar su particular veredicto: «No se trata de algo más o menos probable: es un hecho. Lo que la comunidad científica viene advirtiendo durante las últimas décadas ya no da para más equívocos en manos de negacionistas«, sostienen mientras emprenden la vuelta al muelle de San Sebastián para descargar su atípica captura.

Alberto, que además de capitán y pescador es el armador del Antiguotarrak, se enciende un cigarro mientras dirige el timón: «Al hablar del clima, es habitual que nos quedemos en si llueve o hace sol. Es decir, nos centramos en lo que ocurre en la atmósfera. Pero ¿qué pasa con el mar? Si alrededor del 70% de la superficie de la tierra está cubierta de agua, es lógico pensar que su impacto en el clima es considerable. Y no solo eso, también sufre las principales consecuencias del cambio climático, algo a lo que hay que sumar el hecho de que se trata de uno de los principales motores de la economía mundial, así que, por el bien de todos, o al menos del nuestro: vamos a cuidarlo», sentencia el pescador.

ENLACES:

https://www.abc.es/sociedad/especies-tropicales-cantabrico-cambio-climatico-llegado-mar-20240512205642-nt.html

jueves, 23 de mayo de 2024

🔼 Esta es la isla de plástico más grande de los océanos con un tamaño tres veces superior a Francia

 


Imagen de archivo de residuos de plástico en el océano.
© Getty Images/iStockphoto


Seguro que habías oído hablar de que existe una inmensa isla hecha de residuos plásticos y microplásticos en el océano Pacífico, pero probablemente no seas consciente de su verdadera magnitud. Su extensión y, por ende, lo gargantuesca que es la amenaza para el medio marino.

Esta gran aglomeración de plásticos fue hallada por casualidad en 1977, pero desde entones no ha dejado de aumentar a un ritmo vertiginoso. Se calcula que su contenido ya ha llegado a unas 80.000 toneladas de este tipo de residuos. ¿Difícil de imaginárselo? No hay problema, hay otras medidas para facilitar comparaciones.

Estamos hablando de que tal cantidad de microplásticos ya ocupan una extensión de 1,6 millones de kilómetros cuadrados. ¿También complicado de interiorizar? Pues equivale a la superficie de un país vecino, Francia. Si lo multiplicas por tres, claro. Efectivamente, ya amenaza con emular a un pequeño continente plástico.

Su descubridor tardó una semana en cruzar la isla de basura en velero

Lo cierto es que los inicios de esta mancha de microplásticos ya eran aterradores. La descubrió el capitán y oceanógrafo estadounidense Charles Moore en 1977 mientras realizaba una carrera náutica en su velero. Cuando la identificó, tardó siete días en lograr cruzarla con dicha embarcación.

Dos décadas después, la última actualización -de 2023- del estudio científico publicado en la prestigiosa revista especializada Nature en 2018 confirma el peor -y más lógico y probable- de los temores. La isla no ha dejado de crecer y seguirá haciéndolo. La explicación está en los torbellinos gigantes que forman las corrientes marinas y que arrastran estas toneladas de basura conformadas por bolsas, botellas, útiles náuticos y de pesca y, sobre todo, micropartículas.

Todos esos desechos son arrastrados por las corrientes hacia el giro del Pacífico Norte, un punto de convergencia entre ellas que provoca que las de rotación agrupen y devuelvan constantemente los plásticos conformando esa suerte de aglomeración, al tiempo que chocan violentamente y se rompen más microplásticos.

ENLACES:

https://www.msn.com/es-es/noticias/virales/esta-es-la-isla-de-pl%C3%A1stico-m%C3%A1s-grande-de-los-oc%C3%A9anos-con-un-tama%C3%B1o-tres-veces-superior-a-francia/ar-BB1mTPxJ?ocid=entnewsntp&pc=DCTS&cvid=81687f32921c4b5a8182359eda125ffc&ei=72

🔼 Las turbulencias en aviones están aumentando por el calentamiento global

Las llamadas «CAT» son invisibles y peligrosas para los vuelos y han crecido especialmente en el Atlántico Norte


Vuelo de Singapore Airlines EFE


El calentamiento global está aumentando las turbulencias experimentadas por los aviones. Aunque todavía se investigan las causas detrás de las «turbulencias extremas y repentinas» del vuelo SQ321 de Singapore Airlines que ha dejado un muerto y veinte ingresados en cuidados intensivos, ya el año pasado un estudio de la Universidad de Reading (Reino Unido) demostró que las «turbulencias de aire claro» han aumentado a medida que cambia el clima.

Este tipo de turbulencias, también llamadas CAT, son invisibles y peligrosas para los aviones, ya que no hay tiempo para prepararse para ellas. Su aumento ha sido especialmente significativo sobre el Atlántico Norte, una de las rutas aéreas más transitadas del mundo. Aquí, la duración total anual de las turbulencias graves aumentó un 55%, de 17,7 horas en 1979 a 27,4 horas en 2020, según la investigación. La turbulencia moderada aumentó un 37% de 70,0 a 96,1 horas, y la turbulencia ligera aumentó un 17% de 466,5 a 546,8 horas.

El equipo detrás del estudio publicado en 'Geophysical Research Letters' dice que los aumentos son consistentes con los efectos del cambio climático. El aire más cálido debido a las emisiones de CO2 está aumentando la cizalladura del viento en las corrientes en chorro, fortaleciendo la turbulencia de aire claro en todo el mundo.

Si bien Estados Unidos y el Atlántico Norte han experimentado los mayores aumentos, el estudio encontró que otras rutas aéreas muy transitadas sobre Europa, Oriente Próximo y el Atlántico Sur también experimentaron aumentos significativos en las turbulencias.


ENLACES:

https://www.abc.es/sociedad/turbulencias-aviones-aumentando-calentamiento-global-20240522140414-nt.html

miércoles, 22 de mayo de 2024

🔼 Máxima preocupación con el 'Glaciar del Juicio Final': está perdiendo hielo a un ritmo 'alarmante'

 La velocidad a la que está cambiando el glaciar podría ser devastador para las comunidades costeras de todo el mundo


Imagen del glaciar Thwaites en la Antártida Occidental // Europa Press

Un equipo de investigadores ha arrojado luz sobre el alarmante retroceso del glaciar Thwaites, conocido como el 'Glaciar del Juicio Final' y ubicado en la Antártida occidental. Este glaciar mide alrededor de 120 kilómetros de ancho por 1,2 de profundidad. 

En caso de derretirse, podría incrementarse el nivel del mar en 60 centímetros, ya que ha estado perdiendo hielo a un 'ritmo alarmante' debido a la acción del cambio climático.

Es lo que asegura un equipo de investigadores de la Universidad de California en Irvine (EEUU), en un estudio que ha sido publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Los investigadores utilizaron datos recopilados de marzo a junio de 2023 por la misión del satélite finlandés Iceye DInSAR y modelos de agua subglacial, informa Servimedia. La intrusión de agua de mar provoca que el hielo se despegue continuamente de la tierra y vuelva a asentarse. El hielo se derrite intensamente cuando toca el agua de mar por primera vez.

Inevitablemente, esto hace que se acelere su deshielo. Según informan, el hielo se derrite de forma intensa al tocar el agua de mar por primera vez.

¿Por qué es esto tan peligroso?

Todo esto puede tener un gran efecto en el nivel del mar, pudiendo provocar una importante subida del mismo. No en vano, el glaciar Thwaites ya hemos dicho que es de unas dimensiones grandísimas, lo equiparable al tamaño aproximado de Florida, por ejemplo. Y además, la tierra en la que se asienta está inclinada hacia abajo, lo que hace que las aguas del océano derritan su hielo a mayor velocidad.

Científicos de la universidad de Canadá hablan de que no le estamos dando la importancia que tiene, sino que estamos subestimando la velocidad a la que está cambiando el glaciar, lo que sería devastador para las comunidades costeras de todo el mundo.

La población en general ya ha sentido las consecuencias sociales y económicas de un aumento de un par de centímetros en el nivel del mar. Sin embargo, los investigadores señalan que una subida de medio metro o más afectará gravemente a las poblaciones en muchas zonas bajas, como Vancouver, Florida, Bangladesh y las islas bajas del Pacífico, como Tuvalu y las Islas Marshall.

Mientras tanto, lo que intentarán será obtener estimaciones en tramos más cortos de tiempo, de décadas en lugar de siglos. Con este trabajo creen que se ayudará a las personas a adaptarse a los cambios en los niveles del océano.

ENLACES:

https://www.vozpopuli.com/next/preocupacion-glaciar-del-juicio-final-nivel-mar-sd.html

🔼 Un estudio da la razón a los agricultores del Mar Menor y pone el foco en las depuradoras

 Un equipo científico asegura que la depuradora de Torre Pacheco "vierte de forma reiterada aguas residuales mal depuradas".


Peces muertos en playas del Mar Menor en el año 2021. | EFE

El Gobierno insiste en culpar a los agricultores del desastre ecológico en el Mar Menor. Sin embargo, un equipo científico de la Universidad Rey Juan Carlos ha demostrado que una depuradora está incumpliendo "de forma recurrente" la normativa de vertidos de aguas residuales, lo que contribuye a la contaminación de esta albufera. Lo más sorprendente es que la investigación se basa en datos de la propia Administración. Es decir, aunque el anterior gobierno regional de PSOE y Cs conocía la situación, impulsaron una ley que, a día de hoy, sigue castigando a la agricultura, criminalizando a los trabajadores del campo y destruyendo hectáreas de regadío.

La página web del Ministerio de Transición Ecológica afirma que la muerte de 15 toneladas de peces por hipoxia (falta de oxígeno) en el Mar Menor en el año 2021 se debió "a la entrada de nitrógeno y fósforo de la agricultura intensiva y otras actividades humanas". Así que el ministerio de Ribera insiste en que "es esencial reestablecer los equilibrios para que aquellas actividades que más presión están ejerciendo, la agricultura y otros sectores, sean compatibles con la conservación y protección del Mar Menor". En resumen: la agricultura no es ecológica y está destruyendo el Mar Menor.

Sin embargo, un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid ha desmentido esta afirmación. Asegura que la depuradora de Torre Pacheco "incumple con la legalidad al verter de forma reiterada al Mar Menor aguas residuales mal depuradas", lo que contribuye "de forma continuada a la contaminación y a la no regeneración" de la laguna.

"Incumple los límites permitidos en parámetros establecidos como la conductividad, sólidos en suspensión, demanda química de oxígeno, demanda biológica de oxígeno o nutrientes como el nitrógeno, los cuales están relacionados con la degradación ambiental de los sistemas acuáticos. Estos incumplimientos indicarían una mala capacidad de depuración de la planta, con su correspondiente vertido sin una correcta depuración al Mar Menor."

Y podría no ser la única, porque el equipo científico ha recomendado también analizar los efluentes de todas las depuradoras que vierten al Mar Menor, algo que, por cierto, ya advirtieron las asociaciones agrarias de la zona, tal y como señaló la directora de Fundación Ingenio y portavoz de SOS Rural, Natalia Corbalán, en una entrevista en Es la Mañana de Federico de esRadio: "El origen se sitúa en las aguas residuales de origen humano que van entrando por el deficiente saneamiento y la deficiente depuración de las estaciones depuradoras". Todo esto se evidencia "con datos y no con opiniones", atendiendo a las observaciones y analíticas que llevan a cabo periódicamente.

El Gobierno lo sabía

El informe se basa en datos de la propia Administración, y que son públicos, ya que pertenecen a la Confederación Hidrográfica del Segura. Detalla que el 66% de los controles realizados (43 de 65) durante el tiempo de estudio (2019-2022) incumplieron los límites legales en al menos uno de los parámetros máximos autorizados. Esto demuestra, según el trabajo, que "el problema de los vertidos de aguas residuales a la laguna no se produce en episodios puntuales, sino de manera continuada".

De hecho, el equipo investigador recuerda que, durante ese periodo analizado, se abrieron diez expedientes sancionadores a la depuradora de Torre Pacheco. "El 94% de los controles bajo sanción están relacionados con episodios de lluvia, lo cual podría indicar que, durante estos eventos, el caudal que provenía de la red de alcantarillado sobrepasaba la capacidad de depuración, terminando vertido a la Rambla del Albujón y, por lo tanto, llegando al Mar Menor sin una correcta depuración. Si bien no parece necesario un gran volumen de precipitaciones para superar la capacidad de la estación", afirma.

Los controles aleatorios efectuados por la propia Confederación Hidrográfica del Segura "confirman el mal funcionamiento de la estación y demuestran que presenta graves problemas de funcionamiento ordinario, cuyos vertidos incumplen sistemáticamente los límites durante el periodo de estudio".

Más vigilancia

El informe apunta que "es necesario revisar los valores límite y garantizar su cumplimiento, la vigilancia de los vertidos de efluentes de todas las depuradoras que vierten al Mar Menor (al ser una zona sensible a la eutrofización) y establecer la obligación de garantizar el tratamiento terciario para limitar la eutrofización (exceso de nitrógeno y fósforo) y los fenómenos de hipoxia".

Aconseja asimismo que, "con el fin de proteger el medio ambiente y la salud humana, es necesario que la depuradora gestione correctamente sus aguas residuales urbanas. Es necesaria una evaluación de riesgos de los efluentes en la que se incluya un amplio cribado químico o métodos basados en los efectos biológicos de los contaminantes presentes en las mismas".

El "Informe toxicológico sobre efluentes en el Mar Menor" se presentó el pasado miércoles 15 de mayo en Málaga durante el XVII Congreso Español y VII Congreso Iberoamericano de Salud Ambiental y está elaborado por un grupo de investigación de la Rey Juan Carlos liderado por las doctoras Yolanda Valcárcel y Yolanda Segura, con la colaboración de Francisco M. Martín.

ENLACES:

https://www.libremercado.com/2024-05-22/un-estudio-da-la-razon-a-los-agricultores-del-mar-menor-y-pone-el-foco-en-las-depuradoras-7129233/?_ga=2.103854080.1811255500.1716195039-1936650361.1703075493&_gl=1*1wippyp*_ga*MTkzNjY1MDM2MS4xNzAzMDc1NDkz*_ga_69R48LF3TL*MTcxNjM2ODU2MC43Ny4xLjE3MTYzNjg3ODQuNjAuMC4w

martes, 21 de mayo de 2024

🔼 Un ingeniero español maravilla con el invento que fabrica agua de la nada hasta en un desierto

 


Imagen de un grifo goteando en una zona árida.
© Angelo D'Amico via Getty Images

¿Te imaginas que existiese un aparato que fuese capaz de producir agua de la nada? Pues esta es la premisa del proyecto que desarrolla una compañía española y que ha logrado grandes éxitos en este ámbito, suministrando este preciado recurso en zonas de Namibia y un campo de refugiados libio.

Se trata de un dispositivo que entronca con el invento de Enrique Veiga, un ingeniero de 82 años que creó el prototipo en el sur de España, en la década de 1900, según recoge el medio especializado Ecoticias en un reportaje.

Se perfila con un prometedor avance con el que poner coto a situaciones graves, como los cerca de 750 millones de personas que carecen de acceso a agua potable en el mundo, actualmente.

Cómo funciona el dispositivo para 'crear agua de la nada'

En este sentido, el dispositivo de la compañía Aquaer emplea electricidad para enfriar el aire hasta que el agua se condensa, de una forma similar al que lo hacen los aparatos de aire acondicionado. Es capaz de producir 5.000 litros de agua a diario -con datos de rendimiento de 2022 que ya han sido ampliados-, incluso en áreas áridas o desérticas con bajos niveles de humedad (10%-15%) y con temperaturas de hasta 40ºC.

"Con una impresionante capacidad de hasta 20.000 litros al día, nuestra innovadora solución no tiene parangón en cuanto a rendimiento y eficiencia", recogen en su web de los últimos datos disponibles. Cabe destacar que la producción depende en gran medida del modelo del dispositivo, puesto que hay versiones reducidas que caben en un carrito de la compra y puede generar entre 50 y 75 litros al día.

ENLACES:

https://www.msn.com/es-es/dinero/noticias/un-ingeniero-espa%C3%B1ol-maravilla-con-el-invento-que-fabrica-agua-de-la-nada-hasta-en-un-desierto/ar-BB1mL1Am?ocid=entnewsntp&pc=DCTS&cvid=c5e08315668a409e9a768dfeaa7a7271&ei=54

🔼 Un mundo sin escarabajos peloteros sería un desastre (y en Australia lo saben)

Estos insectos realizan en los ecosistemas es fundamental para evitar un colapso ecológico


Shutterstock.

El papel de los organismos descomponedores es fundamental para los ecosistemas: son los encargados de que la materia orgánica producida por otros sea reciclada. Los procesos de descomposición son complejos y combinan factores como temperatura, humedad y viento, pero también la interacción de algunos seres vivos. Los excrementos son uno de los recursos utilizados por ciertos grupos de descomponedores, y uno de los ejemplos más conocidos es el de los escarabajos peloteros.

Si nos centramos en los organismos coprófagos –los que se alimentan de heces de otros organismos– tenemos que hablar del esencial papel llevado a cabo por los escarabajos (coleópteros) coprófagos. En España tenemos alrededor de 200 especies, que abarcan tamaños que van desde los apenas 2 milímetros hasta los 7 centímetros, así como una amplia variedad de colores y formas.

No todos los coprófagos son peloteros

Cuando escuchamos hablar de escarabajo coprófago o pelotero, nuestra mente nos lleva a pensar en un insecto rodando una bolita de excremento. Efectivamente, eso es un escarabajo pelotero en toda regla, pero no todos los escarabajos coprófagos fabrican ni ruedan esas esferas de excremento.

Escarabajos coprófagos hay muchos, pero peloteros no tantos.

Los coleópteros coprófagos se dividen en tres grandes grupos en función de cómo manipulan el excremento, ya sea para comer o usarlo para la puesta de sus huevos.

Muchas de las especies que tenemos en España se alimentan dentro del excremento e incluso ponen sus huevos en él. Cuando esos huevos eclosionan, las larvas que suelen ser también coprófagas, encuentran abundante alimento a su alrededor y no tienen que desplazarse para buscarlo. A las especies de este tipo se las llama endocópridas o “residentes”.

Otras especies hacen galerías bajo la boñiga, en las que entierran las bolitas de excremento. Hay diversos tipos de galerías y pueden alcanzar diversas profundidades y formas según el tipo de escarabajo. Estas especies son conocidas como paracópridas o «tuneladoras».

Por último, están los famosos peloteros en sentido estricto de la palabra, los que desprenden un pedazo del excremento y lo desplazan rodando hacia otro lugar donde enterrarlo. En España, este es el grupo menos numeroso, aunque en algunas zonas es fácil encontrarlos paseando con su manjar. Técnicamente se llama a estas especies telecópridas o «rodadoras».

Las funciones ecosistémicas que brindan

El manejo que hacen estos animales del excremento es muy importante y positivo para los entornos en los que se encuentran. Veamos algunos ejemplos:

Por una parte, eliminan los excrementos que se van depositando en los pastizales. Esto es fundamental, porque sin esa limpieza habría una pérdida del pasto que queda bajo la boñiga.

Además, gracias a ellos gran parte del excremento acaba enterrado en el suelo. Esto supone un gran aporte nutritivo a la tierra y contribuye a un mejor funcionamiento de muchos de los ciclos biogeoquímicos que se dan en el suelo. Por ejemplo, repercute positivamente en el crecimiento de la vegetación, que abonan como si fueran agricultores.

Por otra parte, el excremento enterrado puede contener pequeñas semillas de las plantas que haya ingerido el ganado. Gracias a la acción de estos insectos pueden ser reubicadas y dispersadas.

Otro aspecto positivo está relacionado con otros organismos que pueden encontrarse en los excrementos y que sí pueden tener efectos negativos sobre el ganado o sobre nosotros mismos. El hecho de que los coprófagos fragmenten, disgreguen y entierren el excremento hace que disminuya la cantidad de esos patógenos.

Aunque son un grupo importante para los ecosistemas, su diversidad se encuentra amenazada por varios factores, como los cambios en el clima, en los usos del suelo, en las prácticas ganaderas –donde destaca el uso de antiparasitarios como ivermectinas–. Parte de estas cuestiones están siendo abordadas en el proyecto DUNGPOOL en el que trabaja nuestro grupo de investigación.

Un mundo sin coprófagos

Un mundo sin animales coprófagos sería impracticable. Para entenderlo, pongamos como ejemplo un lugar en el que pasten 60 vacas. Cada vaca adulta deposita al día un promedio de 10 boñigas de hasta 3 kilogramos (kg) cada una. Eso hace que ese rebaño deje 1.800 kg de excremento en un solo día. Es decir, 12.600 kg en una semana y 54.000 kg en un mes.

No solo el peso importa: cada vaca puede cubrir casi un metro cuadrado (m2) del pasto con sus excrementos. Con 60 vacas, en un día habremos perdido unos 60 m2 de pasto, 420 m2 en una semana y 1.800 m2 en un mes.

Dicho esto, en España no tenemos 60 vacas sino unos 6,5 millones.

No tener coleópteros coprófagos sería un desastre, tanto ecológico como económico. Y existe un ejemplo real que lo demuestra. Cuando por el año 1800 llegaron los colonos ingleses a Australia introdujeron 7 vacas. En los dos últimos siglos, su población se disparó hasta contar con unos 30 millones.

El principal problema no fue ese aumento tan rápido de cabezas de ganado, sino que en Australia no había una fauna asociada a los excrementos de estos animales (como sí la hay donde llevan viviendo miles de años).

Antes de la introducción de las vacas, los animales herbívoros más grandes de Australia eran marsupiales como los canguros, cuyo excremento es muy diferentes al de las vacas, mucho más seco y fibroso.

Como resultado, el excremento de las vacas australianas empezó a acumularse y el pasto fue desapareciendo cada día bajo los nuevos excrementos, provocando una gran pérdida económica en la agricultura australiana. Frente a este gran problema se tomó la exitosa decisión de introducir, entre los años 1965 y 1985, unas 55 especies de coleópteros coprófagos que fuesen capaces de eliminar ese exceso de estiércol bovino, en un esfuerzo que aún sigue en marcha.

Con los datos expuestos, queda claro que el papel que estos insectos realizan en los ecosistemas es fundamental para evitar un colapso ecológico (con la implicación económica que eso tiene), sobre todo en áreas con carga ganadera. Así, cuando vea un escarabajo pelotero recuerde no dañarlo y darle las gracias.

ENLACES:

https://theobjective.com/sociedad/2024-05-20/mundo-escarabajos-peloteros-australia/

viernes, 10 de mayo de 2024

🔼 El impacto del sector textil en el medio ambiente: prohibir Shein o hacer eco-etiquetas, algunas soluciones

Para producir una sola camiseta se necesitan 2.500 litros de agua y los tintes y los productos de acabado son responsables de aproximadamente el 20 % de la contaminación de agua potable


Prendas textiles de rebajas en un centro comercialEFE

Es algo que necesitamos para nuestro día a día y que, en ocasiones también, consumimos por encima de nuestras posibilidades. Armarios llenos de ropa protagonizan los espacios de muchos hogares. Esta acumulación no solo genera desorden, sino que también contribuye a que continuemos consumiendo compulsivamente mientras la ropa que no usamos sigue criando polvo.

Además de los claros problemas de espacio, este consumo constante de productos textiles también tiene repercusión sobre el medio ambiente y el consumo, algo que la Unión Europea (UE) trata de reducir con el fin de lograr una economía circular para el año 2050.

Y es que los datos son, cuanto menos, llamativos. Según la UE, el consumo textil por habitante medio en 2020 requirió 400 metros cuadrados de suelo, 9 metros cúbicos de agua y 391 kilos de materias primas. Todo ello causó, según el Parlamento Europeo, unos 270 kilos de huella de carbono.

El dato más sorprendente, sin embargo, es el que se refiere a la cantidad de agua que se utiliza para llevar a cabo estos productos. Para elaborar una sola camiseta de algodón, las estimaciones indican que se necesitan 2.700 litros de agua dulce, es decir, la cantidad de agua que una persona bebe en dos años y medio. Además de esto, también es necesaria mucha cantidad de este líquido para cultivar el algodón que se usa para su fabricación.

Por otro lado, las estimaciones apuntan a que la producción textil, a través de los tintes y los productos de acabado, es responsable de aproximadamente el 20 % de la contaminación mundial de agua potable. La mayoría de los microplásticos de los textiles se liberan durante los primeros lavados. Precisamente, la moda rápida (o fast fashion) se basa en una producción en masa, con precios bajos y grandes volúmenes de ventas, lo que fomenta que se produzcan muchos de estos primeros lavados.

Una sola carga de ropa de poliéster puede verter hasta 700.000 fibras microplásticas, que pueden incluso llegar a la cadena alimentaria a través de los océanos. Y es que según datos de AEMA y EPRS recogidos por el Europarlamento, hay 0,5 millones de toneladas de microfibras en los océanos, suponiendo el 35 % de los microplásticos liberados en el medioambiente.

Aumento del 40 % del consumo textil

En las últimas décadas, el consumo de prendas textiles ha experimentado un aumento del 40 %. Este incremento en la demanda ha llevado a una mayor producción y, con la implementación de los últimos métodos de producción en masa, a un aumento en la contaminación. Ante esta amenaza generacional que afecta a nivel global, es crucial explorar alternativas como la moda sostenible para mitigar sus efectos.

Ester Vilaseca, directora del área de Moda de la escuela LCI Barcelona, señala que las empresas de moda rápida deberán adaptarse o replantear su posición si se implementan las medidas propuestas por la Unión Europea en los últimos meses. Según explica la experta, prolongar la vida útil de los productos textiles se puede lograr de dos formas: mediante innovaciones en los procesos de producción y mediante una mayor concienciación por parte de los consumidores.

En Francia se va a optar por restringir de manera directa la ropa de, entre otras marcas, Shein. Y es que la Asamblea Nacional ya ha impulsado –a falta de pasar por el Senado– la prohibición de publicidad para cadenas de ropa fast-fashion como Shein o Temu. También deberán pagar un gravamen, lo que complica aún más la viabilidad de su negocio en el país.

Otra medida que se está barajando son las llamadas eco-etiquetas, que todavía están dando sus primeros pasos. Según datos oficiales, hay más de 37.000 productos en el continente que tienen esta etiqueta. El objetivo es controlar los efectos que una prenda deja en el medio ambiente durante su ciclo vital. Se analiza tanto el momento de fabricación como el de distribución, consumo y desecho. Esta fórmula podría certificar la sostenibilidad de las prendas y convertirse en signo de distinción que en los próximos años puede convertirse en un atractivo para ganar clientes.

Solo se recicla el 1 %

El consumo promedio de textiles en Europa asciende a casi 26 kilos por persona al año, con una disposición de aproximadamente 11 kilos de prendas usadas. A pesar de que existe la posibilidad de exportar ropa usada fuera de la Unión Europea, la gran mayoría (87 %) termina incinerada o en vertederos.

El fenómeno de la moda rápida ha sido un factor determinante en este aumento del consumo, impulsado en parte por las redes sociales y una industria que difunde las tendencias a una velocidad sin precedentes, alcanzando a un mayor número de consumidores.
 

ENLACES:

https://www.eldebate.com/sociedad/sociedad-medio-ambiente/20240424/impacto-sector-textil-medio-ambiente-prohibir-shein-hacer-ecoetiquetas-algunas-soluciones_191533.html

martes, 7 de mayo de 2024

🔼 Resuelven el misterio de por qué se abre un agujero más grande que Andalucía en el hielo de la Antártida

Los científicos llevan 40 años investigando el porqué de esa gran abertura, que se produjo por primera vez en 1974 y de nuevo en 2016 y 2017


Agujero en el hielo de la Antártida

En 1974 un agujero se abrió en mitad del hielo marino de la Antártida y se mantuvo abierto durante dos años hasta que se volvió a cerrar. Más de 40 años después, en 2016 y 2017, volvió a ocurrir, surgiendo un orificio de unos 90.000 kilómetros cuadrados –más grande que la extensión de toda Andalucía– desconcertando a los científicos, que se preguntaron por qué se producía este fenómeno llamado polinia.

Tras años de estudio, ahora la Universidad de Southampton, en Inglaterra, ha conseguido desentrañar la sucesión de acontecimientos que dieron lugar a este extraño hecho de tamaño considerable y que se sitúa sobre el pico sumergido de Maud Rise, dejando al descubierto las aguas que se encuentran debajo del hielo.

En un estudio publicado en Science Alert los investigadores han analizado la zona con imágenes satelitales, modelos computacionales o instrumentos autónomos flotantes y han llegado a la conclusión de que el viento es capaz de arrastrar capas de agua para generar lo que se conoce como Espiral de Ekman, nombre con el que se conoce un modelo teórico que explica el movimiento de las capas de un fluido por la acción del efecto de Coriolis. «El transporte de Ekman era el ingrediente esencial que faltaba y era necesario para aumentar el equilibrio de sal y mantener la mezcla de sal y calor hacia el agua superficial», comentó uno de los autores, el profesor Alberto Naveira Garabato.

Es la combinación de las corrientes de agua, viento y sal la causa principal de este espectacular evento que se ha repetido en un lapso de 40 años. Durante el año 2017, se observó un deshielo temprano del hielo marino, resultado de un aumento en la temperatura y salinidad del agua. Gracias al análisis de datos obtenidos por satélites, boyas autónomas y modelos computacionales del océano, los científicos lograron una comprensión más detallada de cómo esta combinación de factores, que incluyen el viento, la singular geografía del lecho marino y las corrientes oceánicas, contribuyeron a la formación de esta inusual apertura en el hielo marino.

«Nuestros resultados ilustran cómo las interacciones altamente localizadas entre el viento, el flujo oceánico y la topografía pueden desencadenar la formación de polinias en el océano Austral abierto», concluyen los autores del estudio.

Poco habituales mar adentro

Tal y como recalcan en la investigación, las polinias suelen ser frecuentes en zonas próximas a la costa, que los mamíferos marinos utilizan a modo de ventanas para recuperar el aliento. Sin embargo, el surgimiento de estos agujeros mar adentro no es habitual, motivo por el que surgió el quebradero de cabeza de los expertos, que se preguntaban por qué ocurría.

Cuando en la década de 1970 se produjo el primer gran agujero, los oceanógrafos asumieron que se produciría con periodicidad anual, algo que no ocurrió, ya que después de permanecer dos inviernos –desde 1974 hasta 1976– no se volvió a desarrollar hasta décadas después y durante breves intervalos: «2017 fue la primera vez que tuvimos una polinia tan grande y longeva en el mar de Weddell desde la década de 1970», agregó Aditya Narayanan, investigador postdoctoral en la Universidad de Southampton, quien dirigió la investigación.

Calor y sal

Entre 2016 y 2017, la poderosa corriente oceánica que rodea el mar de Weddell se intensificó. Este fenómeno tuvo una consecuencia notable: el ascenso de una capa profunda de agua cálida y salina, lo que facilitó la mezcla vertical con el agua superficial.

Fabien Roquet, profesor de Oceanografía Física en la Universidad de Gotemburgo y coautor del estudio, explicó que este fenómeno de ascenso de corriente «ayuda a entender cómo se podría derretir el hielo marino. Sin embargo, a medida que este se derrite, el agua superficial debería enfriarse, lo que detendría naturalmente la mezcla». Esto sugiere que debe haber otro factor en juego para que la polinia persista. «Debe haber una entrada adicional de sal proveniente de alguna fuente», concluyó.

ENLACES:

https://www.eldebate.com/sociedad/sociedad-medio-ambiente/20240507/resuelven-misterio-abre-agujero-grande-andalucia-hielo-antartida_194572.html

https://okdiario.com/okgreen/presidente-azerbaiyan-anfitrion-cop29-defiende-que-petroleo-regalo-dios-13803272

  https://okdiario.com/okgreen/presidente-azerbaiyan-anfitrion-cop29-defiende-que-petroleo-regalo-dios-13803272